Aún recuerdo. como si fuera ayer, el día que esta profesión me abrazo y no me soltó, entre tablas y telones, vestuarios y maquillaje me encontré en un mundo de fantasía, del que desde aquel entonces formo parte.

Este año que no existe, mis colegas y yo (aunque hablo, en realidad, por mi) hemos tenido que abrazar con más fuerza que nunca nuestro sueño, nuestras ganas de crear y en estos momentos de evolucionar nuestro que hacer, con la esperanza, que algún día volveremos más fuertes que nunca y con las alas renovadas, a tener las luces en nuestro rostro, a aprendernos nuestros textos, todo con el fin de tocar aunque sea a una de las personas que con toda la confianza nos van a ver y disfrutar de los personajes que con amor para el ellos  creamos.

No pude haber escogido mejor profesión para mí, pues cuando estoy sobre un escenario soy el ser mas pleno y feliz, porque no hay palabras que puedan expresar el sentir y la pasión que esto me provoca. 

Hoy más que nunca me agradezco el haber seguido mi sueño y a pesar de que aún no estoy ahí, se que voy por buen camino. Que nunca me rendiré y haré a mi pequeña niña la más feliz del mundo, pues a eso vino a este mundo. Agradezco seguir este camino del arte escénico, pues ha puesto en mi camino gente mágica y maravillosa, grandes maestros, hermanos amados y también grandes amores. Que han llenado mis días de dicha, amor, pasión, aventuras, tanto en los escenarios como fuera de ellos. Gente que de otra manera nunca habría conocido y nunca habríamos coincidido.  

Espero y es mi último fin, llegar a tocar las almas de los que alguna vez me han visto o me verán actuando. 

Le ofrezco al mundo mi talento y mi arte con todo el amor, para intentar hacer de este mundo un mundo mejor y si no mejor por lo menos más alegre. 

Gracias Universo, y hoy en especial gracias Dionisio por haber tocado mi vida con TEATRO  y fiestas.