Para quienes disfrutamos de viajar, sabemos que es una de las mejores formas para aprender; porque nos permite atesorar experiencias; interactuar con gente de distintos lugares y en diferentes idiomas; además, de conocer diversas tradiciones y expresiones culturales. Por estas razones, muchas personas –entre las que me incluyo– añoramos volver a “turistear” como antes y albergamos la esperanza que así sea en la medida de lo posible.

Sin duda, el turismo ha sido una de las actividades económicas principales a nivel mundial, multiplicadora de otros campos como el comercial, empresarial, industrial, de servicios, tecnológico, financiero y de inversión.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, en 2019, este sector generó, directa e indirectamente, alrededor de 330 millones de puestos en el mundo; es decir que, empleó a una de cada 10 personas.

Las limitaciones a la movilidad, nacional e internacional, impuestas por casi todos los países en esta pandemia, afectaron gravemente los ingresos turísticos. Un informe de 2021 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo muestra que, entre enero y diciembre de 2020, las llegadas de turistas internacionales se redujeron en un 74%; es decir; en mil millones de viajes. En el caso de los países en desarrollo, los arribos disminuyeron entre el 60% y 80%.

La Organización Mundial del Turismo (OMT), desde 2020, estimaba que entre 100 a 120 millones de empleos turísticos directos se encontraban en riesgo, con afectación especial, a jóvenes y mujeres considerados entre las principales fuerzas de trabajo.

Según el último informe sobre las restricciones de viaje de la OMT, de junio de 2021, el 29% de los destinos en el mundo, continuaba con sus fronteras cerradas al turismo internacional; el 34% mantenía clausuras parciales; y el 36% exigía una prueba negativa de COVID-19 para ingresar, y en algunos casos, combinada con guardar cuarentena. Incluso, varios países están valorando prohibir la entrada a su espacio, según el tipo de vacuna que haya sido aplicada.

Para incentivar la recuperación del turismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) considera que es esencial asegurar la salud y cuidado de las personas para que tengan confianza de viajar; garantizar el retorno seguro a nivel internacional; promover atracciones nacionales y de tipo sustentable; y apoyar modelos que se adapten a la nueva realidad.

La crisis sanitaria ha dado lugar a cambios en las preferencias turísticas, privilegiando viajes a sitios cercanos, donde imperen entornos naturales y actividades al aire libre, en estancias cortas, y grupos reducidos, evitando aglomeraciones.

Mientras no haya certeza para trasladarse a otras latitudes, el turismo nacional está siendo la opción para mitigar los efectos sociales y económicos. En la Ciudad de México, gracias a que el 59% de su territorio está considerado como suelo de conservación (88 mil hectáreas), con 25 áreas naturales protegidas, y siete áreas comunitarias de preservación ecológica, se promueven diversos atractivos, servicios y experiencias de aventura y ecoturismo.

La escritora infantil Kate Douglas Wiggin decía que “hay una especie de magia cuando nos vamos lejos y, al volver, hemos cambiado”. Estando cerca el Día Mundial del Turismo, 27 de septiembre, y ante el impacto que la COVID-19 ha tenido en este sector, resulta necesario encontrar alternativas viables para su reactivación de manera segura e inclusiva, pues no podemos perder esa magia de cambio que nos da viajar.

Fuente:

"Volver a 'turistear' como antes, la necesidad de su reactivación", Columna Brújula de Ideas, Voces México, 21 de septiembre de 2021, disponible en: https://vocesmexico.com/opinion/volver-a-turistear-como-antes-la-ne...

Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=ssWnPOtaUeg&ab_channel=VocesM%C...