No sé a ustedes, pero a mi me está generando un profundo malestar el nivel de diálogo (si es que puede llamársele tal) en las redes sociales y entre las personas. Si, estamos en un país y en un mundo polarizado; si, no pensamos igual las personas; si, hay diferencias, algunas de ellas irreconciliables, pero ello no nos da carta blanca para insultarnos y estar a punto de un duelo con cada idea.
Me dan nostalgia los tiempos de Twitter en que la "la banda tuitera" se llevaba bien, en donde el respeto iba por delante y los insultos eran la excepción. Hoy los monólogos se han antepuesto a las conversaciones y todas y todos participamos como portadores de la verdad. Somos un versión 2.0 del Rey Sol: "La verdad soy yo". Lamentable.
Posiblemente este post encuentre poco eco y a pocas personas les interese apostar por el buen contenido en las redes sociales. En México las y los mexicanos pasamos un promedio de 8 horas diarias conectados a internet y le dedicamos casi 3 horas a las redes sociales. En una semana hemos estados expuestos a 21 horas de insultos, información falsa y todo tipo de discusiones en la red.
Sería hora de decidir dos cosas:
1. ¿Cuánto tiempo de nuestras vidas le dedicamos a información que no nos interesa o aporta algo valioso a nuestras vidas?
2. ¿Cómo participamos en ese diálogo/monólogo colectivo? ¿Aportamos información y tenemos una actitud que vale la pena para construir o somos parte del problema de la desinformación y la incomunicación de nuestro tiempo?
Sobre lo primero, ¿qué podemos hacer? Desconectarnos y ser más selectiv@s con el tiempo que dedicamos a las redes sociales. Una pregunta que siempre ayuda es ¿Para qué? ¿Para qué me conecto, para qué respondo, para qué sigo a esta persona o cuenta, para qué me sumo a esta discusión? Si te das tiempo para responder esta sencilla pregunta te darás cuenta de que no necesitas invertir tiempo en seguir aquello que no te interesa; que posiblemente las cuentas que sigues no necesariamente dicen cosas ciertas o interesantes, y que estás dejando que personas que te molestan te quiten el tiempo. El problema es nuestro, somos nosotras quienes decidimos invertir el tiempo en ese espacio y de esa manera. Ellas y ellos no van a cambiar, nosotras si podemos optar por hacer otras cosas o seguir otras cuentas o simplemente limitar nuestro tiempo en redes.
Respecto a lo segundo, apostemos por la información de calidad. Pregúntate: ¿Lo que voy a decir aporta algo a alguien? Si hay una discusión/conversación en curso en la que te interesa participar, pregúntate ¿Cómo estoy participando? ¿Estoy aportando ideas o me estoy limitando a sumar desinformación? Cuando a las personas se les acaban las ideas empiezan a proyectar insultos, no seas de ese grupo. Fundamenta tus ideas, argumentos y propuestas. Si te equivocas, corrige el error y sigue la conversación. La tentación de responder a botepronto es grande, lo se por experiencia propia, pero si tienes duda en el contenido, piénsalo dos veces y apuesta por aquella información que aporte, no por la que reste. Hay veces que el silencio es la mejor opción y la más sensata. Recuerda lo que decía Groucho Marx: "Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente".
Tú, ¿cómo respondes ante estas situaciones?
Sigamos la conversación en Twitter: @LaClau
#tuvozcuenta
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