Ando con una urgencia loca de escribir y, no sé si les pasa, pero siento que ninguna idea puede terminar en algo y que no vale la pena escribirla pero al mismo tiempo me todas las ideas me comen los sesos y necesito sacarlas, a ver si después las puedo masticar mejor. Así que este post es el inicio de un borrador para todos los temas que traigo atorados. Eso. Un tiradero de ideas.
Melanie
Ayer cuando salí de la oficina mi amiga Merilyn me invitó a acompañarla un rato a su restaurante. Me gusta ir una vez por semana, cuando no hay mucha gente, porque me puedo adueñar del micrófono y cantar, además de que me puedo comer una tlayuda. Cuando cerraron me trajeron a mi casa. En el carro ella me preguntó si sabía del caso de Melanie. Yo le dije que no y es que últimamente estoy bien desconectada de las noticias. Entonces ella me contó en términos génerales y luego me puso el video, no pude ver ni la mitad, aún tengo grabados los gritos de la chica en mi cabeza. Después me contó que eso pasó en Tamaulipas, en Ciudad Madero. Todavía no sé cómo describir qué sentí, además de enojo. Luego sentí otra especie de dolor. Me tomó horas encontrar qué era. Ya en la duermevela lo encontré. La primera vez que Mario me agredió físicamente fue justo en Tampico, Tamaulipas. Esa tarde una mujer policía lo vio cómo me golpeaba. Lo detuvieron y el juez de control dictaminó que como él y yo no teníamos ni un año como pareja no lo podía calificar como violencia conyugal, así que lo liberaron en menos de cinco horas. Las agresiones se prolongaron hasta que casi me mata, en otra ciudad, en otro mes del mismo año 2009. Al final, para poder dormir creo que también tuve una sensación de alivio. Alivio porque la sociedad mexicana está cambiando, porque los agresores no volverán a tener la comodidad de nuestro silencio. Alivio porque las mujeres exigen a las autoridades mexicanas que se haga justicia. Alivio porque este caso en el ojo público va a evitar que caiga en el olvido.
La RP
Tengo más de dos años en este país. Ha sido una lucha la adaptación, sobrevivir al duelo del migrante, reforzar un idioma, aprender otro, intentar no olvidar el propio en el proceso. Hoy recibí la notificación de que Migración ya tiene en sus manos nuestra aplicación para residencia permanente y continuamos en el camino. Me siento feliz de estar segura y tranquila porque sé que, con paciencia, en unos meses tendré mis documentos en la mano.
Clancy y mi TDAH
A inicios de septiembre fui oficialmente diagnosticada con TDAH y desde el 20 estoy en tratamiento. Me siento super. Estoy enfocada, tengo energía, puedo terminar actividades y puedo dormir mejor. Puedo afirmar que el tratamiento ayuda con los síntomas más perjudiciales y visibles pero deja otros, los que no se ven, intactos. Uno de esos es el hiperfoco. Si miro hacia atrás la mayoría de mis hiperfocos me han dejado dinero, son cosas que me hacen ocuparme manualmente y con las que, con el tiempo, puedo hacer dinero. El hiperfoco de esta temporada no me hace ganar, aunque para ser honesta tampoco me hace perder.
El 25 de septiembre fui a mi segundo concierto de Twenty One Pilots, su Clancy tour. Clancy se ha convertido en el disco que más he escuchado en el año (sí, en dos meses). En estos dos meses me aprendí la historia completa, he concluido que habrá un plot twist en el siguiente álbum. Me quiero hacer otro tatuaje, esta vez inspirado en Navigating. Y ya.
El primer trabajo en IT
Tengo 37 años, soy mujer, estudié en México, no tengo título, soy migrante, y recién conseguí mi primer trabajo en el área de tecnología. Mi anterior trabajo era de validación de datos, digamos que era un trabajo de capturista. Me estaba yendo muy mal. Me era casi imposible concentrarme y, en cierto modo, no le encontraba sentido a lo que estaba haciendo. En junio estuve a punto de renunciar pero dedicí esperar hasta la entrada a clases. En esos dos meses las cosas dieron un giro fabuloso. Hablé con mi jefa y le dije lo que estaba pasando, ella echó a andar la maquinaria y me consiguió una entrevista, luego otra y otra, hasta que conocí a Ronald y entonces empezamos a hablar el mismo idioma (no inglés, sino lógica y tecnología). El trabajo es en el área de desarrollo de la misma compañía, comencé también en septiembre y mi periodo de prueba termina a finales de noviembre. Hace una semana Ronald y yo tuvimos una conversación en la que él me confirmó que no hay ningua objeción para que yo me quede con el puesto, que habrá un ajuste salarial, uno vacacional y un incentivo por el crecimiento.
De repente estoy que no me creo que, con todo en contra, en un mercado en donde las empresas de tecnología están cerrando puestos y despidiendo gente, yo: mujer, migrante, madre, sin título y sin experiencia, haya conseguido un puesto en el que encajo perfectamente, en donde me siento útil, escuchada y donde aprendo un montón todos los días.
La vida cambió y ha sido para bien.
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