TIPOS DE VIOLENCIA

Colaboración para el programa A Detalle en Global Media

10 DE NOVIEMBRE DEL 2015

 

Hemos estado hablando de la violencia contra las mujeres, y en estos días algunos hombres y mujeres se han acercado para comentarme que hay mujeres que se están arropando a las leyes para obtener beneficios y deteriorar la economía, las emociones, la autoestima de muchos hombres que a pesar de que sufren violencia no se atreven a decir nada, porque no les van a creer.

 

Esto también nos hace reflexionar sobre muchos hombres que ejercen otra nueva masculinidad que no ven ni han visto conflicto de espacios de poder con respecto de las mujeres. También de mujeres que han crecido en una nueva cultura que no están dispuestas a ceder ni un paso los derechos que hemos alcanzado.

 

Los comentarios de muchos hombres van en el sentido de señalar nuevamente los aspectos biológicos como parte esencial de que las mujeres somos más fuertes (aguantamos un parto), como somos más inteligentes (administramos el hogar, trabajamos fuera de él, llevamos por buen camino a hijos e hijas), somos más resistentes física y muchas veces emocionalmente (es que nosotros todavía nos aguantamos de llorar). Veo nuevamente un “disfraz” de nueva masculinidad.

 

Si bien “ya no nos dan permiso “ para muchas actividades en las que tradicional e históricamente eran de hombres, ahora nos están poniendo con muchos atributos  que sin duda nos hacen mejores que los hombres. Volvemos al punto de inicio de muchas de las conquistas feministas. No estamos en una lucha de ser mejores que otros o que otras.

 

Somos diferentes biológicamente por supuesto, pero somos iguales por nuestra condición de género.

 

Según la Ley General de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia señala que trabajar con perspectiva de género y sobre todo en las instituciones tiene que ver con una

“(…) la visión científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres, que propone eliminar las causas de la opresión de género como la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género, y promueve la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y oportunidades para acceder a los recursos económicos, y a la representación política y social en los ámbitos de toma de decisiones”.[1]

 

Darle mucho peso a nuestras condiciones biológicas sin duda nos abre el espacio para que se acentúen  las diferencias,   con lo que crecen los factores que factores que provocan una cadena de violencia contra la mujer. La propia ley nos advierte de los tipos de violencia:  Física, Psicológica, Patrimonial, Económica, Sexual, Laboral, Docente, Feminicida.

 

VIII. Violencia Feminicida: es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado, y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres (…)[2]

 

Se han dado muchos estudios para medir la percepción de la violencia por parte de las mujeres, uno, por ejemplo es el que se mide por el Índice de Desarrollo Humano, que se genera con la medición de suicidios, mortalidad materna, porcentajes sobre mujeres que concluyen la educación básica,  porcentaje de mujeres incorporadas al trabajo remunerado, el número de nacimientos, la demanda de métodos de anticoncepción, edades en que la mujer se convierte en madre, salario con respecto del varón, además del nivel de ingreso y si es o no cabeza de familia. Estos factores los establece el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, y la relación que existe comparativamente con las del hombre hacen que sea mayor o menor y en relación también con otras entidades del país. En la entidad en este índice ocupamos el lugar 23, que si bien no está del todo mal, hay factores que nos nuestras que hay vulnerabilidad  para las mujeres.

 

En la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, realizada por el INEGI en 2011, se observa que 78 de cada 100 de las mujeres casadas encuestadas o unidas fueron violentadas psicológicamente por su pareja aquí en San Luis Potosí, más de la mitad de las mujeres han recibido agresiones económicas por parte de su pareja, asimismo 22 de cada 100 potosinas han sido agredidas físicamente, 11 de cada 100 mujeres en el estado fueron violentadas por su pareja sexualmente. [3]

 

Todos los días mujeres en nuestro estado viven violencia. No estamos generando el cambio para que hombres y mujeres vivamos plenamente iguales. La podemos contribuir a crear un clima de violencia feminicida, porque entonces estamos recurriendo a la microviolencia para acentuar las diferencias que pueden insensibilizarnos como sociedad con respecto de las desigualdades entre unos y otras.

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