A nivel mundial, y con la intensidad del desarrollo digital, cada vez cobra más importancia el cuidado de nuestra privacidad y de nuestros datos personales, por vincularse con nuestra libertad, igualdad, dignidad e identidad.

La conexión, sin fronteras que nos ofrece internet ha incrementado las formas de tratamiento de nuestra información, junto con su transferencia internacional, para facilitar las comunicaciones, y las relaciones económicas y de cooperación entre los países.

Debido a estos altos flujos de datos, es fundamental que los Estados definan los marcos normativos, institucionales y de políticas públicas que aplicarán para proteger su uso, con un enfoque general pero aplicado a sus circunstancias.

Actualmente, coexisten diversas tendencias regulatorias para blindar la privacidad; lo que llega a dificultar la armonización entre naciones y regiones para equilibrar los intercambios comerciales y la innovación tecnológica, con la salvaguarda de nuestras prerrogativas.

En este mosaico de visiones legales destacan los modelos europeo y norteamericano.

El primero caracterizado por priorizar la defensa de las personas, reconociendo su derecho al cuidado de sus datos a nivel constitucional, y en normas generales y sectoriales, cuyo cumplimiento corresponde a organismos supervisores independientes.

El segundo da mayor peso a la autorregulación y favorece el consumo y la competencia. Además, de que se integra con disposiciones sectoriales y estatales, sin llegar a consagrar a la privacidad en una norma suprema fundamental, ni estimar necesario contar con autoridades vigilantes especializadas en el tema.

En el caso de China, cuya importancia es innegable, se tienen leyes de ciberseguridad y protección de datos personales que abordan, entre otros puntos, derechos, principios y obligaciones, ajustados al modelo europeo, cuya supervisión compete a varias autoridades.Esta pluralidad normativa ha llevado a impulsar estándares globales y regionales que buscan fomentar la interoperabilidad, la integración y la colaboración entre países para lograr un entorno regulatorio con mayor homogeneidad.

Entre dichos esfuerzos están las Directrices de Privacidad de la OCDE, de 1980, actualizadas en 2013; los Estándares de Protección de Datos de los Estados Iberoamericanos, 2017; y el Reglamento General de Protección de Datos en la Unión Europea, 2018.

Decía Alexander Flemming que “cuanto más complejo se vuelve el mundo, más difícil es completar algo sin la cooperación con otros”. Los esquemas regulatorios en materia de datos personales, que consideren una visión global atendiendo a las necesidades de cada Estado, contribuirán a balancear la garantía de los derechos de las personas sin limitar el desarrollo.

Fuente:

"Tendencias regulatorias sobre la protección de datos personales", columna invitada, El Heraldo de México, 03 de agosto de 2022, disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2022/8/3/tendencias-regulato...