En países con altos índices de desempleo, desigualdad y pobreza, a pesar de que el trabajo sea un derecho previsto en las leyes, tener un empleo que cubra nuestras necesidades básicas es muy apreciado, y adquiere mayor valor si nos brinda estabilidad y si la retribución recibida nos da independencia económica.
El trabajo se vuelve aún más atesorado si nos permite tener calidad de vida, combinando el tiempo laboral con nuestro desarrollo personal; y sin duda, se convierte en un privilegio cuando podemos dedicarnos a lo que nos gusta y si lo que hacemos es útil.
En su informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2020” la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que más de 470 millones de personas carecen de acceso al trabajo remunerado o no tienen la oportunidad de laborar el número de horas deseado.
La escasez de “trabajo decente” que, para la OIT, es aquel empleo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, impide que la gente construya una vida balanceada y satisfactoria.
La medida de confinamiento derivada del COVID-19, ha convertido al teletrabajo o trabajo a distancia (e-work) como la alternativa viable para que empleados de diversos sectores puedan seguir laborando de forma remota.
Esta modalidad ofrece ventajas si se sabe implementar, pues puede aumentar la productividad, maximizar resultados, usar con más eficiencia los recursos, reducir costos, flexibilizar horarios, ahorrar tiempo, fomentar la autonomía, incentivar la innovación en los negocios y ampliar sus posibilidades, e impulsar una inserción laboral inclusiva a grupos vulnerables.
El “Cuarto Estudio de Penetración del Teletrabajo en Empresas Colombianas” de 2018, reveló que, con esta forma de colaboración, las empresas encuestadas incrementaron la productividad de sus empleados hasta en un 39% y disminuyeron costos operacionales en un 37%.
El e-work puede contribuir a enfrentar problemas medioambientales y de movilidad, al disminuir el uso del transporte y los desplazamientos. Según cifras del INEGI, en 2017, en la Ciudad de México y su área conurbada, el 58% de los viajes para ir a trabajar tardaban de 31 minutos a 2 horas.
En cuanto a la regulación del trabajo a distancia, Brasil y Costa Rica han avanzado. En México, en 2019, el Senado aprobó una reforma sobre esta modalidad, la cual se encuentra en la Cámara de Diputados.
La situación que sufrimos por la pandemia nos ha llevado a replantear cambios en nuestra forma de vivir, buscando nivelar distintos campos, como el empleo, cuyas dinámicas organizacionales actuales no se orientan a favorecer nuestro bienestar.
El teletrabajo puede ser una opción factible para encontrar el equilibrio entre el desarrollo laboral y el personal, mediante el aprovechamiento de las tecnologías.
Refiriendo a Benjamín Franklin: “¿Amas la vida? Entonces no desperdicies el tiempo, porque es la sustancia de la que está hecha”.
Fuente:
Teletrabajo: opción para el equilibrio laboral, La Silla Rota, 15 de mayo de 2020, en: https://lasillarota.com/opinion/columnas/teletrabajo-opcion-para-el...
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