"Mas allá de las razones, un embarazo interrumpido clama por una reconciliación con la vida y con la muerte. Aunque no hayan nacido, es necesario darles su lugar dentro de la familia; reconocerlos como hijos, dándoles nombre y apellidos. Así se evita que los hijos que le siguen ocupen el lugar del muerto".
Abuela Eva Cecilia Solis Arroyo
Consejera espiritual, consteladora comunitaria y curandera mexicana.
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