El mundo actual está lleno de contradicciones y vivimos cotidianamente paradojas que en teoría serían irreconciliables, pero coexisten sin lugar a dudas. ¿A qué me refiero? A la persecución de opositores, críticos y activistas.
La oposición y el activismo no tienen tierra segura, por lo que observamos, ni en dictaduras ni en democracias. Hemos visto hace mucho cómo en Venezuela la oposición ha vivido amenazada, encarcelada o expatriada, y a raíz del reciente proceso electoral en el que se dio una dudosa victoria de Maduro y en donde se denunció un fraude en los comicios, la oposición y cualquier persona que simplemente critique y cuestione los resultados oficiales está siendo amedrentada, desaparecida y perseguida.
Por otro lado y en otras latitudes, vemos cómo Paul Watson, activista defensor de las ballenas y opositor a la caza de las mismas, ha sido detenido por Dinamarca a petición de Japón para ser extraditado y juzgado en ese país. Hay que señalar que el país nipón salió de la Comisión Ballenera Internacional y, junto con Islandia y Noruega, siguen practicando la caza comercial de ballenas en un mundo en el que éstas están en peligro de extinción.
Tanto las dictaduras como las democracias persiguen a los activistas y la oposición cuando desafían intereses poderosos.
En estos contextos, la comunidad internacional juega un papel clave. Las campañas internacionales pueden ejercer presión sobre los gobiernos para que respeten los derechos humanos y se defienda la vida de las y los opositores. En un mundo interconectado, una imagen en Instagram o TikTok -en muchos casos- pareciera que puede pesar más que la presión de instancias multilaterales. La visibilización del abuso de poder, de la injusticia y de los temas que los medios tradicionales u oficialistas no cubren es la alternativa actual para comprender lo que sucede y ejercer presión.
La democracia es una forma imperfecta de gobierno, ¿existe un gobierno perfecto? Pero es, sin duda, la mejor existente en este momento y preferible a una dictadura. A pesar de las fallas existentes, se espera que en una democracia los derechos humanos sean protegidos y que la oposición, el activismo y las voces disonantes puedan convivir y expresarse en un marco jurídico que respete la diversidad, la pluralidad y que garantice el estado de derecho sin subsumirlo a intereses políticos, partidistas o particulares.
¿Cuáles pueden ser algunos de los elementos que aseguren una base elemental para respetar los derechos humanos? Garantizar el estado de derecho, la independencia judicial, la transparencia y rendición de cuentas, la participación ciudadana y el respeto institucional a la diversidad de opiniones y a la pluralidad.
Para fortalecer las democracias y asegurar que protejan los derechos humanos, es esencial introducir y reforzar leyes que protejan a los activistas y garanticen la rendición de cuentas, garanticen la independencia del poder judicial, promuevan la educación sobre derechos humanos y la participación ciudadana, y fomenten la movilización social a nivel local, nacional e internacional. Para que esto suceda en una dictadura, tiene que llegar un partido con una o un líder democrático al poder. En una dictadura, los derechos de las personas dependen… del dictador.
En un mundo interconectado e hipercomunicado, la lucha por los derechos humanos y la protección de los activistas trasciende fronteras. Tanto las dictaduras como las democracias pueden fallar en proteger a aquellos que defienden causas justas, pero una de las soluciones está en fortalecer los valores democráticos, las instituciones democráticas y la solidaridad internacional.
#liberenapaulwatson
#venezuelalibre
Publicado originalmente en Animal Político el 6 de agosto de 2024.
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