Cuando un hecho en el mundo me conmueve tan profundo, me lleva días en asentar mi sentir, así sucedió con la noticia que circuló viralmente en las redes sociales y los medios de comunicación internacionales: "niño sirio refugiado muere ahogado".
Aylan Kurdi solo tenía tres añitos, y la noche del 3 de septiembre embarcó un bote clandestino con sus padres y su hermana de cinco años, para sobrevivir a las duras condiciones que vivían en Estambul como refugiados.
Su infortunio fue nacer en Damasco, una ciudad golpeada por el conflicto bélico sirio. En la desesperanza huyeron a Alepo, y de ahí a Kobani, hasta llegar a Estambul.
Después de la profunda frustración de ser rechazados por el gobierno de Canadá a quien solicitaron asilo, solo vieron la posibilidad de pagar 4,000 euros a los traficantes que les harían navegar en una barca, para intentar llegar a una isla griega. El riesgo era inminente, la madrugada del miércoles 3 de septiembre la barca se volteó, y solo el padre de familia pudo sobrevivir.
Reconozco que de primera instancia quise evadir la noticia, pues soy tremendamente sensible al dolor humano. Pero la resonancia fue tan poderos a nivel internacional, que cuando menos me dí cuenta, ya había impactado profundamente a mi corazón. Después de pasar la rabia y la impotencia tan humanas, me quedé meditando en ¿cómo podría yo ayudar desde donde estoy?
Y entonces me di cuenta que si la raíz, la fuente causal de esta y muchas otras lacerantes historias, está en la guerra, entonces estaba en mis manos tejer la PAZ. Así, en todo lo que soy y todo lo que hago, sembrar la PAZ. Es decir, aquí y ahora no está en mis manos parar literalmente la guerra en Siria, pero sí está en mis manos la posibilidad de parar cualquier guerra o conflicto que cruce por mi cotidianidad. Porque si cada un@ de nosotr@s sembraramos la paz de esta forma, en nuestra vida cotidiana cada día, llegaría el momento en que tanta PAZ alcanzaría a todos los rincones de la tierra.
Así que os invito a sembrar la PAZ en nuestras relaciones.
Con nosotros mismos, con nuestros padres, nuestras parejas, nuestros hij@s, nuestr@s compañer@s de trabajo, nuestr@s vecinos, y con todas aquellas personas con quienes intercambiamos experiencias, bienes o servicios.
Pues ridículo resulta, expresar públicamente la rabia y la inconformidad con lo sucedido con este angelito sirio, si en la inmediatez de nuestra relaciones creamos el ambiente bélico, tan parecido del que él huyo. Pues las guerras no solo se hacen con armas o con bombas. También se hacen con palabras hirientes, con golpes, con amenazas, con gritos, con desamor.
Gracias Aylan Kurdi, por tocar tan profundo mi corazón, y por inspirarme a escribir y compartir mi sentir.
Te amo donde quiera que estés.
#MiVisionDelMundo
@Roxana_Psico
Comentario
Gracias Mujeres Construyendo, por este espacio, en el que puedo compartir mi sentir y pensar!
Abrazos!!
:)
¡Gracias Roxana por esta invitación!
Construyamos la PAZ.
Un beso.
Bienvenido a
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