La respuesta depende de lo que se entiende por las palabras “afectar” y “religión”.
Una de las definiciones de “afectar”, según la Real Academia, no es negativa. Dice: “producir alteración o mudanza en algo”. Me gusta esta definición, principalmente si la alteración o mudanza es para algo mejor.
También es necesario definir “religión”, que actualmente tiene diferentes connotaciones.
Para mí la noción más importante es el significado de la palabra en sí, más que las definiciones de diccionarios o de instituciones. La palabra “religión” viene del latín “re-ligare”, o sea, ligar nuevamente, conectarse nuevamente a la fuente. Por eso, cada uno de nosotros encuentra la “verdadera religión”, cuando se conecta a la fuente de la creación espiritual y esta conexión produce un cambio para mejor.
Como ejemplo práctico en la vida, analicemos lo que pasó con Elys Renata Carvalho. Desde muy pequeña, Elys sufría de reacciones alérgicas a ambientes polvorientos y cambios de clima. Tomaba medicamentos, que después de un tiempo, dejaban de tener efecto y le traían problemas digestivos. Pero en 2012, conoció la Ciencia Cristiana y empezó a leer a diario el libro Ciencia y Salud y la Biblia.
Y aquí podemos relacionar esa historia con el significado que hablé anteriormente de “religión” y de “afectar”: Hubo un cambio en la manera de pensar de Elys, pues aprendió que es una idea de Dios, y aceptó que la curación espiritual por medio de la oración es posible. O sea, el cambio en su pensamiento y el hecho de conectarse con su origen espiritual, le hicieron comprender que podía controlar armoniosamente su cuerpo.
Poco a poco, Elys dejó de tener ataques alérgicos y de tener miedo al polvo. Naturalmente sintió que ya no necesitaba los medicamentos y, al final, todos los síntomas de alergia y problemas digestivos desaparecieron. Hace más de dos años que está totalmente sana.
En este caso, la religión ciertamente tuvo un efecto positivo su vida: se produjo un cambio mental cuando se conectó con su naturaleza espiritual, y eso mejoró su salud física y emocional, pues, además de sentirse sana, hoy siente una alegría muy grande de vivir.
La alegría es un sentimiento extremadamente importante en la vida de hoy, con tantos desafíos, estrés y miedos. La alegría ayuda a que disfrutemos de una vida sana y tranquila, aun en las peores condiciones. Alice Sommer, una sobreviviente del Holocausto, que falleció en 2014 a los 110 años, cuando vivía en Londres, estaba llena de alegría, tocaba su piano por las mañanas y tardes, y decía que incluso en el campo de concentración sonreía. Aun en aquella situación la música la transportaba “a otro mundo”, le tocaba el alma, la conectaba con lo divino. Ella decía que la música era su “religión”. En la vida, siempre elegía lo bueno.
Todos podemos encontrar nuestra conexión con lo espiritual, o sea, la manera de vivir con paz interior, con salud mental y física. Sentir alegría, elegir lo bueno, estar constantemente conectado a nuestra fuente espiritual es vivir el Amor divino, es dejar que nuestra religión tenga un efecto para mejorar nuestra vida y la de los que están a nuestro alrededor.
Leide Lessa es maestra y conferenciante de la Ciencia Cristiana y escribe sobre la relación entre la espiritualidad y la salud. Síguela en Twitter: @LeideLessa
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