Últimamente he tenido la fortuna de conocer personas que han logrado cosas que jamás se imaginaron. Y aunque ellos mismos se den cuenta de la nueva persona que han construido, la verdad es que no han cambiado, simplemente se han descubierto.
Te aseguro que has conocido a muchas personas que tratan de cambiar. Personas que quieren bajar de peso, ser puntuales, o incluso ser fieles, pero no lo logran y seguramente no es falta de voluntad, sino que quieren destruir el “que” sin saber siquiera el “porque”, se niegan, se recriminan, se culpan y quieren destruir quienes son, pero no han entendido qué los mueve a ser quienes son, qué hay detrás de ese comportamiento, muchas veces, autodestructivo.
Desde ahí la visión esta errónea. Si te pasas luchando contra algo lo alimentas. Si enfocas todas tus fuerzas a derrumbar lo que eres ¿Qué fuerzas te quedan para construirte otra vez? La verdad es una sencilla cuestión de enfoques; hay veces que al fijarnos un objetivo estamos más al pendiente de los obstáculos que de las puertas que ya están abiertas. En realidad hacemos las cosas al revés, pero ¿Por qué?
Las creencias son afirmaciones que damos por ciertas, ya sea porque vienen de personas que apreciamos o a base de repetición; entonces desde pequeños empezamos a creer cosas sobre nosotros mismos: que si somos tontos, que si tenemos algún talento o carecemos de él, que no podemos lograr ciertas cosas, y a lo largo de nuestra vida alimentamos esas creencias. Si alguien nos dijo que no éramos buenos dibujando haremos todo lo posible para volver realidad esa creencia que ya tenemos. Así pasa también con ideas de triunfo, liderazgo, autorrealización ¡incluso llegas a sentirte apenado si sobresales del resto!
Ya entendimos la creencias, ahora la preparación que tenemos en la escuela o el hogar. Si vas mal en física pero eres estupenda en biología te ponen a estudiar mil horas físicas para volverte del promedio en esa materia, en lugar de fortalecer biología y volverte una reconocida bióloga. Desde ahí estamos negando uno de nuestros talentos, lo estamos apagando para volvernos como el resto de la gente y seguramente vas a odiar física toda la vida. Somos lo que entrenamos, lo que trabajamos, pegúntate que estas fortaleciendo hoy en ti.
Ahora el contexto. A veces nos aferramos tanto a ser lo que no somos, lo que quiere nuestra familia, o eso que parece un gran reto, cuando en realidad el universo nos dice: no es por ahí. Si eres una flor, busca tierra fértil para florecer. ¿Cómo vamos a saber cuál es el contexto idóneo? Conociéndonos, así como el jardinero sabe de temporadas, de clima, de agua, así conócete tú, obsérvate, apréndete, escúchate, entonces sabrás donde, cuando y como podrás ser en todo tu esplendor.
Lo que somos, en situaciones inesperadas o extremas, solo se reafirma, y si en algún momento difícil has tenido todo el coraje para afrontarlo no es que hayas cambiado, simplemente haces a un lado todas esas creencias y descubres a la verdadera tú. Y seguramente cuando cambies esas creencias y fortalezcas unas nuevas, las personas se darán cuenta y te dirán “¡Como has cambiado!” y tú responderás “No cambie, me he descubierto”.
Con gusto el compartimos el blog de esta semana de Empoderate Mujer.
Me encantaria saber sus comentarios.
#SeamosLuzDelMundo
Cynthia Aguilar
Formadora en Inteligencia Emocional y Empoderamiento Femenino
Comentario
Que bueno que te haya gustado Martha. Saludos.
tienes mucha razon Cyn!
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