Desde el 2020, el aislamiento en los hogares por la pandemia aceleró el uso de las soluciones digitales para seguir nuestro trabajo, estudio, relaciones, negocios, y demás actividades.

Tal es el caso del comercio electrónico que mostró un considerable aumento. Así, cada vez más personas compran, venden o intercambian bienes, servicios e información a través de Internet, correo electrónico o páginas web, y realizan su pago en línea.

El estudio de 2021 “El futuro del retail” de Euromonitor y Google, estima que el comercio electrónico en México se incrementará 226% en los próximos cinco años; y que para 2025, representará el 58% del crecimiento de ventas en minoristas.

La crisis sanitaria trajo altas tasas de desempleo y falta de ingresos, con mayor repercusión en la población femenina. Una alterativa para que las mujeres hiciéramos frente a esta situación ha sido el emprendimiento mediante herramientas tecnológicas, ofreciendo todo tipo de artículos a través de Facebook, Instagram o WhatsApp, como ropa, comida, aquellos de segunda mano, entre otros.

De acuerdo con el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, las emprendedoras digitales dedican prácticamente las 24 horas y los siete días de la semana para el desarrollo de su negocio; y aun cuando operan en la informalidad, generan cerca de 9.5 millones de pesos al día en ventas que llegan a 13 millones de hogares.

Por otro lado, las mujeres compramos más por Internet. Según un estudio de 2021 sobre comercio en línea de la Asociación Mexicana de Venta Online, el 53% de las personas consumidoras por esta vía eran del sexo femenino, en contraste con el 47% de hombres.

Si bien las plataformas digitales son una forma relativamente sencilla y menos costosa para que las mujeres realicemos actividades comerciales; esta tendencia, a su vez, potencia los riesgos de sufrir vulneraciones de datos personales por la ciberdelincuencia o las intromisiones en la vida privada, tanto de quienes ofertan un producto o servicio como de quienes lo adquieren o contratan.

Para protegernos de los fraudes y evitar el robo de nuestra información e identidad, las emprendedoras que mueven la economía digital requieren adoptar medidas de ciberseguridad suficientes para evitar quebrantos a su clientela, y tener pérdidas de dinero, o peor aún, de tipo reputacional.

Asimismo, las mujeres consumidoras en línea tenemos la responsabilidad compartida de ser conscientes y cuidadosas de los datos personales que compartimos en el mundo de las ventas virtuales; pues como dice la escritora Katherine Neville “la intimidad, como el comer y el respirar, es uno de los requisitos básicos de la vida.”


Fuente:

"Mujeres que movemos una economía digital segura", columna invitada, El Heraldo de México, 15 de marzo de 2022, disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2022/3/15/mujeres-que-movemo...

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