Escribir siempre me ha ayudado a procesar y asentar con conciencia mis experiencias. 
Y escribir en público, es como devolverle a la vida. Pues intuyo que en algún lugar del espacio virtual, muchos seres humanos como yo, pueden estar transitando por algo similar o equivalente.

Hace una semana, en mi familia materna murió una tía muy querida.
Por principio la experiencia fue desoladora, cuando llegué a verla por última vez al hospital, ella apenas podía pronunciar palabra y nos tomamos de la mano.
Fue un momento que nunca olvidaré, a través del calor de mi mano le comunicaba mi sentir, y sentía con claridad su pulsación cardiaca como si fuesen sus respuestas.

Ese día iba llamando poco a poco a sus seres queridos, y en un acto de amorosa solidaridad, nos conteníamos unos a otros. De alguna forma yo sabía que se estaba despidiendo, y que solo era cuestión de esperar su partida.

Ya llegada la noche, cuando nos participaron de su muerte, sentí en el pecho un estrujo combinado con un ardor, como si me hubiesen echado vinagre en el corazón. El llanto era colectivo, y a través de abrazos nos consolamos unos a otros. Además de mi dolor, me daba cuenta que también me conmovía el dolor de lo demás, especialmente el de mi madre, tan cercana a ella y quien estuvo acompañándola muchos días en el hospital.

A partir de ese momento comenzó un viaje profundo muy interno en mi ser, mientras transcurrían las horas de la velación a la cremación yo comencé a cuestionar todo el sentido de la vida y de la muerte. Sentía un cansancio que de todas las formas un ser humano puede sentir; pues me habitó el cuerpo, el corazón, y el espíritu. Recuerdo que cuando regresé a casa, vi en mi celular las últimas conversaciones de whatsapp con mi tía, y comencé a llorar, y un buen baño de agua calientita me alivió el alma, para luego poder descansar.

El clima de ese fin de semana reflejaba a la perfección como me sentía emocionalmente, todo era frío y desolador. Por experiencia, sé que para trascender las circunstancias difíciles tengo que sumergirme profundamente en la experiencia, con todo lo que ello implica. Fueron días de guarda, suspendí temporalmente mis actividades rutinarias para auto observarme, darme cuenta de mis sentimientos y pensamientos. 
Al principio de esos días la vida dejó de tener sentido para mi, solo tenía energía para lo esencial, y conforme transcurría la vida el panorama comenzó a cambiar.

Hoy puedo sentir que la desolación ha sido trascendida por un halo de esperanza, hoy me siento mejor, agradecida por esta gran enseñanza. Esta convivencia tan cercana con la muerte, vino a revitalizar mi vida, a recordarme que el cuerpo es el transitorio, pero que el alma como energía, es infinitamente eterna.

Hoy me toca agradecer profundamente a la muerte, por el sentido que le da a mi vida, porque en la ausencia es como valoro la presencia. Gracias a la cercanía de la muerte pude dejarme fluir en "la nada", en el momentum de la experiencia mas pura, donde el pasado y el futuro son ilusorios, y el momento presente "es y existe" en su forma mas trascendente.
Hoy puedo decir que por fin he comprendido lo tan conocido, que para renacer hay que morir.

La muerte llegó a sanar mis miedos, mis dudas, mis rencores, mis limitaciones, mis prejuicios, mis heridas.
La muerte llegó como un regalo inesperado, y solo por eso, soy una mujer muy bendecida!

P.D.
Tía de mi corazón, ahora sé que aquí estás, y que co crearemos nuevas formas para comunicarnos. Te amoooooo!!!!

‪#‎MorirParaRenacer‬
@Roxana_Psico

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Comentario

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Comentario de Roxana Aguilar Camacho el julio 8, 2015 a las 3:19pm

Querida Angie Contreras, gracias por recibir esta reflexión tan íntima.
Yo también te ando un abrazo!

A seguir encontrando los tonos....

Rox
:)

Comentario de Roxana Aguilar Camacho el julio 8, 2015 a las 3:17pm

Querida Claudia, mil gracias por hacerte presente, siento muy cerquita tu cariño!
Bendiciones para tu día, para tu vida!

Rox
:)

Comentario de Angie Contreras el julio 7, 2015 a las 2:04pm

Querida Roxana, antes quenada mi más sentido pésame por la pérdida de tu tía y gracias por compartirnos ese momento de reflexión tan íntimo.

Creo sin duda que los momentos más fuertes (sentimentalmente hablando) son los que nos hacen reflexionar y sobretodo recapacitar en lo que hacemos y no. Sin duda una perdida tan grande te hace cuestionarte todo, pero es maravilloso como una muerte te hace volver a vivir, como lo describes a la perfección en el título.

La muerte es vida, solo que a veces no encontramos el tono.

Un abrazo!

 

Comentario de Mujeres Construyendo el julio 7, 2015 a las 1:03pm

Un abrazo fuerte Rox. Estoy contigo y gracias por compartir este momento tan íntimo y tan profundo.

Te quiero. Claudia

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