Cada vez son más las desapariciones forzadas ocurridas por la alta criminalidad en México, que se acumulan a las que siguen sin aclararse, y que continúan vigentes por la exigencia de quienes no cesan de indagar sobre el paradero de los “levantados”, principalmente sus madres, porque si ellas no insisten en localizarlos, nadie más lo hará.

Todos los días sortean la muerte con tal de saber de los suyos, con ese ímpetu que les da el amor, y con el anhelo de que vuelvan a casa. Enfrentarse a tan desgarradora situación les ha quitado el miedo a perder su vida, pues ya les han arrebatado sus más preciados tesoros.

En ese sombrío andar, por la coincidencia con otras mujeres que padecen su mismo dolor, muchas ya no caminan solas, sino en colectivo, acompañándose en su causa para averiguar cualquier información y para escarbar la tierra pidiéndole que les dé razón.

La impotencia las ha obligado a aprender cuestiones legales y forenses, a aplicar las tecnologías para difundir sus hallazgos, a sobrevivir en sitios inhóspitos, a reconocer olores, y a rastrear en terrenos peligrosos, con herramientas propias como las varillas videntes que detectan cambios en el suelo.

Gracias a su conocimiento y a su labor incansable se han logrado avances en la identificación de sus familiares; a algunos los han podido abrazar nuevamente y a otros sólo les queda el consuelo de haber recuperado sus cuerpos.

Su experiencia contribuyó a crear un protocolo homologado en esta materia en 2020, que tiene como fin guiar la actuación de las autoridades, y garantizar los derechos de los ausentes y de sus buscadores.

Ante el vacío institucional, han tenido que articularse en distintas partes del país, sumando más de 234 agrupaciones que luchan contra tan cruda realidad, que ya contabiliza más de 114 mil personas no localizadas, según datos del registro nacional respectivo. Más allá de la gravedad que revela esta cifra, lo que importa es que cada número se traduce en un núcleo roto por tan lacerante incidente.

Aunque las progenitoras, con sus investigaciones, no dañan a nadie, en sus arduas tareas padecen un sinnúmero de violencias que han concluido en secuestros y homicidios; además de ser objeto de otras problemáticas como las mermas en su salud, la carencia de recursos y la orfandad de los pequeños de los que ya no están. Así lo ha reportado la prensa al apuntar que, desde 2010, han asesinado a más de 20 defensores de derechos humanos de dichas organizaciones, sólo por querer enterarse del lugar dónde pueden estar los que les faltan.

Con motivo de los Días Internacionales de la Mujer y del Derecho a la Verdad, correspondientes al 8 y al 24 de marzo, visibilicemos y sensibilicemos las batallas de aquellas que, como dice Ceci Flores, líder de las Madres Buscadoras de Sonora, son “faros de esperanza” cuya lucha arroja “luz sobre la oscuridad”, trayendo paz por ser “símbolos de fuerza y resistencia”, deseando que algún día este atroz fenómeno termine.

POR MARINA SAN MARTÍN REBOLLOSO

@NAVYSANMARTIN

Fuente: "Madres que sortean la muerte para saber de los suyos", El Heraldo de México, 26 de marzo de 2024,disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2024/3/26/madres-que-sortean...

Vistas: 9

Comentario

¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!

Únete a Mujeres Construyendo

Contacto

info@mujeresconstruyendo.com

Miembros

¡Sigamos conversando en nuestras redes sociales!

 



© 2024   Creada por Mujeres Construyendo.   Con tecnología de

Insignias  |  Informar un problema  |  Política de privacidad  |  Términos de servicio