Hace unos días cumplí 29 años y ya me había descubierto leyendo listas con títulos como “sabes que estas en los 30’s cuando…”, “lo que tienes que hacer antes de los 30’s” y mi clic en el botón SEGUIR LEYENDO no tiene control alguno, se abre el link y leo uno por uno los puntos, muero de risa con los primeros 5, luego siento una incomodidad extraña con los siguientes 8, me molesto con más de 10 y sobre el resto creo que son absurdos…termino la lista y sigo con otra, me siento triste… Estoy a un solo paso de llegar a los 30s.

Cierro esas listas conseguidas en blogs que hablan de bolsas de marca y maquillaje como si fuesen a salvar vidas con ello, me siento ansiosa por hacer los puntos que me faltan, como si hubieran convertido en pendientes que tengo que tachar uno por uno, me llega un mensaje de texto de mamá “¿cómo estas mi niña?” y toda esa sopa emocional se desvanece.

Después de unos minutos, descubro que no es tristeza la que siento, es felicidad de esa que llena la panza con mariposas y ganas de llorar, tan corta la vida y mis “listas de pendientes” aun no se llenan ¡que bendición!...

¿Cuándo nuestros planes se convierten en casillas para ir tachando? De niña quería tener un esposo y tal vez dos niños ¿y si al ir creciendo queremos otras cosas? Ahora para los otros soy la amiga, la prima, la sobrina o la hermana que ha cambiado el sueño de formar una familia por su carrera ¿y si fuera hombre, estaría bien que me aferre a seguir con mi estilo de vida?.

Hace poco una muy querida amiga me confeso: “Arturo (su esposo) me dijo que ya debemos de tener un bebe, yo no estoy segura, pero es lo que el quiere y mis padres me dicen que ya estoy grande para esperarme más, tengo 31 ya debo de convertirme en mamá”… Si yo hubiera dejado entrar toda esta presión en mi vida por  ir cubriendo punto por punto, tal vez sería la que lea las listas con bolígrafo en mano para ir marcando las casillas ¿pero, seria feliz?.

La vida tan corta…