LAS MILAGROSAS CANDIDATURAS DE MUJERES

Cecilia Soto

 

Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento

rectilíneo uniforme a no ser que sea obligado a cambiar

su estado por fuerzas ejercidas sobre él.

Primera ley de Newton o de la Inercia.

 

“Las acciones afirmativas consistentes en preferir a las mujeres en casos de integración impar, si bien implican un trato diferente a los candidatos de género masculino, no constituyen un trato arbitrario”, argumentó la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su sentencia del 3 de octubre pasado, contra una impugnación promovida por el Partido del Trabajo que cuestionaba la constitucionalidad del Código Electoral de Chiapas. En esa misma sentencia la SCJN avaló la constitucionalidad de ordenamientos que obligan a los partidos políticos a que sean mujeres las que encabecen las listas de las planillas de regidores, las de las diputaciones plurinominales y que cuando haya listas impares, la candidatura non corresponda a una mujer.

 

Pero el Tribunal Electoral del Estado de Nuevo León, en una sentencia que lo hará pasar a la historia pero del lado equivocado, echó abajo los lineamientos para el registro de candidaturas acordados por la  Comisión Estatal Electoral de Nuevo León que incluían acciones afirmativas que daban preferencia a las mujeres en la integración de listas nones, en la definición de planillas de regidores, en las listas para diputaciones plurinominales y que repartía por igual las candidaturas a  distritos perdedores a candidatos hombres y mujeres. Los partidos que recibieron el trato benevolente del Tribunal estatal neoleonés son nuevamente el PT, que piensa que los demás tampoco leen las sentencias de la Corte, el Partido Verde y el Partido Acción Nacional. EL PRI tuvo la prudencia no unirse a esta demanda porque sabe que  Nuevo León tiene el más alto número de votantes mujeres, 55%, pero astutamente no impidió que su aliado, el PVEM, lo hiciera.

 

Uno de los argumentos usado por el Tribunal Electoral de Nuevo León, que si los partidos utilizan métodos democráticos para elegir candidatos pueden salvarse de las acciones afirmativas a favor de las mujeres, ya fue resuelto por el TEPJF en su histórica sentencia de 2011, la 12624/2011, que obligó a los partidos a cumplir con la modesta cuota de género de entonces de 40/60 por ciento. Un argumento subyacente más general usado por la autoridad electoral neoleonesa es que el derecho a la autodeterminación de los partidos es  superior a los derechos de las mujeres, lo que contraviene lo establecido en el artículo primero de la Constitución sobre la primacía y principio progresivo de los derechos humanos de las mujeres consagrados por nuestro documento fundador y ratificados en tratados internacionales.

 

Este martes la sala regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación recibirá las impugnaciones a las acciones del Tribunal Electoral de Nuevo León, firmadas por 37 ciudadanos de varias filiaciones y un partido, el PRD. La impugnación la encabeza,  María Elena Chapa, la incansable y perseverante presidente del Instituto Estatal de las Mujeres, cuyo nombre está indisolublemente ligado a la histórica sentencia del TEPJF 12624/2011.

 

Ahí donde no hay acciones afirmativas, la participación de las mujeres se mantiene en el sótano. Tal es el caso de los ayuntamientos pues sólo hay 6 por ciento de municipios encabezados por mujeres o de las gubernaturas. Por ello, a partir de la aprobación  de las reformas constitucionales a favor de la paridad (50 por ciento de candidaturas para ambos sexos) y de las nuevas leyes electoral y para partidos políticos, se fortalecieron las acciones para incentivar la participación de las mujeres a nivel local: 14 estados ya incluyeron la exigencia de integración paritaria de las planillas de regidores y 22 estados mantienen la paridad para la integración de sus congresos. El dominio de las maquinarias partidistas por hombres y sobre todo, la inercia que refuerza hábitos políticos del neolítico tanto en hombres como en mujeres, hacen imprescindibles por un tiempo el uso de herramientas como las acciones afirmativas a favor de las mujeres.

 

En febrero de 2012, hace apenas poco más de dos años, Cecilia Romero, entonces secretaria general del PAN informaba por escrito al entonces Instituto Federal Electoral que el PAN “no estaba obligado a lo imposible” y que no cumpliría con la sentencia del TEPJF que obligaba a los partidos políticos a tener por los menos 120  y 26 candidatas a diputadas y senadoras respectivamente. El PRI informaba igualmente que “le había sido imposible cumplir con la cuota”.  El Partido Verde manifestó que se encontraba en la “imposibilidad material” de cumplir con la proporción 40/60.

 

El 22 de marzo de ese año venció la fecha para el registro de candidaturas a diputaciones y senadurías y los partidos se quedaron cortos, ninguno, repito, ninguno superó el 30 por ciento de candidaturas para mujeres. El IFE –hoy INE—acató rigurosamente la sentencia de la máxima autoridad en materia de conflictos electorales y obligó a los partidos a realizar lo que ellos juzgaban imposible:  encontrar mujeres candidatas para satisfacer la cuota 40/60 por ciento de candidaturas para un solo género. El milagro lo hizo la gravedad del castigo: si en 48 horas no resolvían sus listas, las candidaturas no serían registradas.  El documento del IFE/INE Ruta crítica de la cuota de género a nivel federal podría ser el guión de un thriller político. Desde octubre de 2011 a marzo de 2012, la totalidad de  los partidos hicieron todo lo posible para no cumplir con las acciones afirmativas y sólo la firmeza del Tribunal Electoral y posteriormente del IFE, hicieron el milagro. Que no todas las mujeres estaban preparadas para ser candidatas es posible; sólo díganme si todos los hombres que ganaron han sido excelentes en su desempeño.

 

Con las elecciones de 2012 llegaron muchas mujeres al Congreso e inmediatamente tradujeron su presencia en numerosas iniciativas a favor de la igualdad entre hombres y mujeres. Para las elecciones de 2015 la vara está más alta: ahora hay que cumplir con la paridad en las elecciones federales y en muchas elecciones estatales y municipales. Nos siguen poniendo piedritas en el camino pero aprendimos a usar la ley y ganaremos. Nos encontramos en twitter: @ceciliasotog

 MI COLABORACIÓN EN EXCELSIOR

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