He de confesar  que estas fechas festivas donde el tráfico se vuelve insoportable, los centros comerciales están abarrotados y aflora la histeria colectiva de consumo, la detesto. No es que no me guste la Navidad, por supuesto que sí, pero siendo honestos “eso” no es Navidad; tampoco son los regalos, claro que los disfruto, pero en realidad hemos abaratado uno de los momentos que más nos llenan como seres humanos.
Muy aparte de las creencias de cada quien, el momento es especial por convivir con las personas que mas queremos, yo así lo veo; porque en realidad no es el regalo, es quien te lo da, no es qué vas a cenar, es con cuanto amor fue preparado, o simplemente un momento en el que todo mundo puede parar un momento y dedicarle tiempo a las cosas importantes.
Es tan curioso el poco tiempo que le dedicamos a las cosas que según esto son lo más importante para nosotros, como nuestra familia, amigos entrañables, nuestra pareja; aunque parafraseando a Victor Kϋppers “las cosas importantes, no son cosas, son personas, relaciones importantes.” Y si realmente entendiéramos eso las tiendas no estarían abarrotadas una vez al año.
Este pensamiento es en realidad muy nuevo para mí, no solía ser muy sociable, disfruto mucho mi soledad, pero ahora entendiendo el comportamiento humano, el sentir de las personas, hoy comprendo que somos en sociedad, que los demás son un medio para conocernos y experimentarnos a nosotros mismos ¿Cómo podría saber que tan tierna puedo ser sin mis hijos? ¿Cómo sabría lo que es amar a una persona, sin una pareja? En el momento en el que vas al fondo de ti mismo, te conoces y aceptas, puedes entender y aceptar a los demás; comprendes que son personas como tú y entonces puedes ser empático, tolerante, amable. Lo cual es fascinante.
Sé que para muchas personas son fechas difíciles, quizá por alguien ya no está físicamente con ellos, o por alguna ruptura, o por mil cosas que al ser humano, tan complejo y único como es, le pueden aquejar, sin embargo, si reflexionaran por un momento se darían cuenta de que hay más por agradecer que lo que “sienten” que perdieron. Si tú eres una de esas personas, te invito a hacer este ejercicio: haz un listado de todo por lo que quieras dar gracias en tu vida y a lado, otro de lo que tanto te atormenta… Te aseguro que el primer listado es más largo, y por mucho. Entonces no dejes que eso que ahora te angustia invalide todo lo maravilloso que vives día a día. El ser feliz es una decisión y está solo en tus manos.
Una de mis frases favoritas de Victor Kϋpper es:”lo más importante es que lo más importante siempre sea lo más importante”. El ser humano en plenitud vive en equilibrio personal, profesional, emocional y nunca olvida que las cosas más importantes de su vida son las relaciones que lo hacen realizarse como padre o madre, como pareja, como hijo, como profesional, como emprendedor. No olvides la esencia de las cosas, tu grandeza.
Abraza a tus seres queridos, hazlos sentir el gran amor que tienes para ellos. Seguramente hay mil historias que se quedan en el tintero, que aun no se han escrito o que jamás se escribirán ya ¿pero eso qué importa? El recuento de los daños podrás hacerlo después.  Deja de lado todo lo que estorba y descúbrete feliz en compañía de todas las personas que le dan un toque especial a tu vida.

¡Feliz Navidad! Abrazos y bendiciones para todos.
Con gusto les comparto nuestro blog semanal de Empoderate Mujer. Las invito a leer, comentar y compartir.
"Seamos luz del mundo"
Cynthia Aguilar
Formadora en Inteligencia Emocional, Financiera y Empoderamiento Femenino

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