Las copias e imitaciones y la falta de autenticidad

A Juan lo corrieron de su empresa por no falta de autenticidad.

Si empezaste a leer estás líneas quizá estés pensando que estoy exagerando.  Pues no es así. Juan decidió que copiar las acciones y comportamientos de su jefe iban a garantizarle el éxito del que su superior gozaba. El problema que como esto no era parte esencial de su naturaleza, ni esas acciones se alineaban a los valores de la organización, hizo tan notorio este mal comportamiento, que le dieron las gracias y se quedó sin trabajo.

Últimamente escuchamos que para proyectar liderazgo debes ser auténtico. Si quieres generar compromiso auténtico con tus equipos de trabajo tienes que ser sincero, transparente y mostrar interés genuino en otros.  Así es, y esto es algo que se puede provocar de forma natural. Siempre procurando no copiar o imitar a otros, porque inmediatamente se nota.

¿Te suena familiar?

Levante la mano el que conoce en el trabajo a esa persona o jefe que llega y dice: “Tú eres la clave más importante de la compañía y eres mi mano derecha. Te voy a contar algo que nadie más sabe”. En ese instante, seguramente estás pensando que lo más probable es que tenga una doble agenda. No tardas en llegar a la conclusión de que su interés no parece ser sincero.  En ese momento ya perdiste un poco de credibilidad sobre esa persona. Si bien no se lo dices frente a frente, tendrás cuidado. Mantendrás levantada la guardia en todo momento.

Dejar de ser auténtico y debilitar tu liderazgo o tu presencia ejecutiva sucede también cuando intentas ser lo que no eres. También sucede cuando intentas replicar y copiar lo que otras personas cercanas a ti hacen.  Todos hemos oído cuando alguien dice: “Fulano de tal es una mala copia o intento de parecerse a…..”

Esto es muy cierto. Cuando copias, y además copias mal, otros lo notan. Los demás sabrán que tus intentos por sobresalir no son sinceros y esto, en el tiempo, cae por su propio peso.

El Síndrome del Objeto que Brilla

Inclusive hay personas que no son auténticas porque se ven afectadas por el “Síndrome del objeto que brilla”.  Son quienes emprenden tareas que nunca terminan porque en el momento en que están por lograrlo voltean a ver a alguien o algo que es más exitoso. Ahí deciden copiar o seguir el mismo camino que les dio resultado al otro.  El problema es que no se dan cuenta de que todo mundo se da cuenta de la falta de autenticidad. Se pierde el impacto o resultado que buscan.

Al final, si tú crees que alguien te está copiando o imitando y te sientes agredido, siempre recuerda que nadie podrá replicar lo que tu haces al 100%. ¿Por qué? Porque eres diferente y tienes tu toque de autenticidad.  La otra persona no podrá personificarte por completo. Simplemente porque nunca podrá hacerlo idéntico a ti.

Recuerda

Recuerda que está bien sentirte inspirado a seguir a alguien y aprender de su trayectoria para salir adelante. Esto, sin embargo, no quiere decir que copies y pierdas originalidad en lo que emprendes. Ya hemos hablado de la innovación y re invención. Así que busca una mejor forma de hacerlo y destaca por ser diferente y no igual a los demás.

Hace poco encontré una frase en internet que decía: “La autenticidad es la práctica diaria de dejar de ser lo que creemos que debemos ser y abrazar lo que realmente somos”. Te lo dejo de tarea.

 

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