Cada 23 de agosto es el Día del Internauta, establecido para recordar la publicación de la primera página web en el mundo en 1991. Dicha innovación se debe al científico Timothy John Berners-Lee, que, junto con su equipo, inventaron el protocolo HTTP del sistema de direcciones web URL y del lenguaje HTML, en los que se basan las World Wide Web (www).

Internauta es la persona que navega por Internet; es decir, aquella que transita a través de esta red mundial que nos interconecta para comunicarnos o compartir información, rompiendo barreras de tiempo y espacio.

Este poderoso medio, que a través de sus páginas nos permite consultar textos, imágenes, videos, hipervínculos, y muchos otros contenidos, nos ofrece infinitas posibilidades de aprendizaje y desarrollo. Si se utiliza de manera segura, puede potenciar nuestras libertades y derechos.

De acuerdo con el reporte “Digital 2021” de We are Social y Hootsuite, en julio de 2021, el 60.9% de la población mundial era usuaria de Internet; esto es, 4.80 billones de personas; las cuales navegaron usando sus teléfonos móviles (55.35%), computadoras (41.93%), tabletas electrónicas (2.64%) y diversos dispositivos (0.08%).

En este informe se menciona que los cinco sitios web y aplicaciones más visitadas y empleadas fueron las redes sociales (95.7%); plataformas de mensajería (94.2%); motores de búsqueda (84.1%); espacios para compras, subastas o clasificados (59.7%); y mapas, estacionamientos o servicios basados en ubicación (54.4%).

Si bien Internet es una herramienta de gran impacto que nos abre oportunidades; también es cierto que su uso conlleva significativos riesgos a la privacidad y al tratamiento de nuestros datos personales por el rastro que queda de nuestra identidad sin control.

De acuerdo con el Informe 2018 “The Case #ForTheWeb” la World Wide Web Foundation, los internautas producían alrededor de 2.5 billones de gigabytes de datos al día, los suficientes para transmitir mil millones de películas.

La mayoría de los servicios web que son gratuitos es porque a cambio monetizan los datos recopilados de las personas usuarias para perfilarlas e identificar patrones de conducta o correlaciones; por ejemplo, para dirigir publicidad o productos personalizados.

Una de las formas de seguimiento más conocidas son las cookies, que son dispositivos que almacenan y recuperan información de nuestra actividad al navegar, para saber qué sitios visitamos y guardar las configuraciones o datos de una sesión iniciada.

Asimismo, hay técnicas de perfilado más avanzadas apoyadas en la recopilación de información específica del dispositivo empleado llamadas fingerprinting o huella digital, cuya vulnerabilidad radica en que no se brinda la información suficiente sobre su uso, lo que impide que las personas otorguen un consentimiento pleno y se adopten medidas adecuadas para evitar su monitoreo.

Al recorrer la red es importante aplicar buenas prácticas para cuidar nuestros datos; por ejemplo, eliminar cada cierto tiempo la información almacenada en las cookies, caché o historial; usar cuentas de correo alternativas para registrarnos en los sitios; aseguramos que las páginas sean https y corroborar su autenticidad; cifrar comunicaciones y archivos; fortalecer las contraseñas; entre otras acciones.

Berners-Lee enfatizaba que “si seguimos haciendo click en aceptar sin exigir que se respeten nuestros derechos sobre nuestros datos, eludimos nuestra responsabilidad de poner estos temas entre las prioridades de nuestros gobiernos”.

Para aprovechar Internet debemos aprender a ser internautas sabiendo cómo no dejar rastro, o bien, minimizarlo; conociendo la forma de navegar con seguridad; y siendo conscientes de la información que compartimos.

Fuente:

"Internautas que navegan segur@s, sin dejar rastro", Columna Brújula de Ideas, Voces México, 24 de agosto de 2021, disponible en: https://vocesmexico.com/opinion/internautas-que-navegan-segurs-sin-...

Youtube:https://www.youtube.com/watch?v=HxqdiSPQAaU&ab_channel=VocesM%C...