En los confines del mundo,
junto a la pila de la eternidad,
donde el mañana es el hoy de ayer
y solo se siente energía y luz alrededor.
Ahí está el hogar.
Donde todos somos uno,
donde no hay distinción
y se ama lo que se es
sin que el cuerpo limite ninguna acción.
Ahí está el hogar.
En la multitud tus ojos,
mi corazón amado
el alma en tus pupilas,
y la mía,
mi alma mirándote ahogada en la tuya.
Ahí está mi hogar.
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