¿Diariamente tienes que cumplir con alguna actividad?

Tal vez en casa o fuera de ella, son fundamentales cuatro aspectos antes de empezar el día:

  • Identidad – Identificar valores, rasgos propios.
  • Comportamiento – las acciones específicas que llevas a cabo.
  • Entorno – lo que te rodea, a qué situaciones reaccionas y también en qué ambiente te mueves e influyes con tu carácter y actitudes.
  • Gratitud – agradecer la vida y las oportunidades que tendrás, alimentan tu fe y esperanza.

Si nos planteamos la idea de qué es lo que hace a un deportista un triunfador, concluimos que es su dedicación y entrenamiento metódicos.

Del mismo modo, al conocernos más profundamente y llevar a cabo cualquier acción es indispensable modelar el carácter y ofrecer a la vida la cuota de optimismo y valor de manera constante.

“Un estudio reafirma la teoría de que el mal carácter puede desviar la atención del camino y crear un ‘túnel visual’ que dificulta la concentración.”

Se ha encontrado que la gente con mal carácter suele centrarse en los aspectos malos del mundo que los rodea, haciéndolos más propensos a experimentar ataques de ira que desvían su atención del camino mientras manejan, por ejemplo.

Este efecto emocional dificulta la capacidad de una persona de enfocarse en el presente y le hace más difícil pensar con claridad y rapidez.

Comprender que la actitud negativa sea probablemente la raíz de este problema puede ayudar a los científicos a profundizar un poco más en los “ingredientes” que llevan al error humano en cualquier otra circunstancia.

¿Cómo dar una solución coherente a esta clase de dificultad que tiene íntima relación con nuestro yo interior?

Señalando este aspecto del error humano, un día apareció en la alfombra del living de casa una mancha enorme y muy oscura. Comencé a sentirme muy irritada, buscando al culpable que tal vez había derramado algún líquido o alimento.

Inmediatamente comencé a ponerle un producto especial y con un cepillo intenté quitar esa gran mancha.

Como no desaparecía dije con muy mala actitud: “Tendré que llamar a una empresa para que lo haga, ¡qué injusticia!”

Se me ocurrió apagar la luz para retirarme del lugar y ahí me di cuenta que la mancha ya no estaba, pues era producida por una sombra que la lámpara de pie reflejaba.

Cuántas veces podemos fastidiarnos sin razón, permitiendo que ese malestar interfiera con nuestro día y el desarrollo armonioso que debe haber en cada ambiente donde nos movemos.

Me trajo una nueva luz comprender lo que leí en el libro Escritos Misceláneos, por Mary Baker Eddy: “Al purificar el pensamiento humano, este estado de ánimo penetra con acrecentada armonía todas las minucias de los asuntos humanos. Trae consigo previsión, sabiduría y poder maravillosos; le quita el egoísmo al propósito mortal, da firmeza a la resolución y éxito al esfuerzo”.

Me sentí identificada con este pasaje y al mismo tiempo rápidamente sané mi corazón del enojo y falta de dominio.

No permitas que el estado de ánimo sea capaz de frustrar tu día, pues al avanzar en el plano espiritual, te identificas con el poder superior, que permite conocer el estado verdadero de la existencia.

Tu identidad real hará que tu comportamiento ante cualquier situación mejore, y podrás finalmente perdonarte a ti mismo. Además, permitirá que tu entorno te vea como una benéfica influencia llenando cada ambiente con armonía y paz mental en donde quiera que te encuentres.

La gratitud en el corazón siempre hace más fácil el trayecto.

Elizabeth integra el Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Argentina

Síguela en Twitter: @elisantangelo1

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