Colaboración para el programa A Detalle en GlobalMedia

17 DE AGOSTO DEL 2015

 

La pobreza según los indicadores de la Medición de la Pobreza en México de 2014 que señala el CONEVAL [1]  se agrava cuando una familia tiene cada vez más dificultades para adquirir la alimentación básica, ante esta situación muchos niños y niñas empiezan a trabajar desde los 5 años de edad lo que pone en grave riesgo el crecimiento sano y su desarrollo escolar.

 

Los derechos de las niñas y los niños están garantizados en la Convención sobre los Derechos del Niño que se firmó a nivel mundial en 1989. Los niños y las niñas tienen derecho a la vida , a un desarrollo saludable desde los primeros años, el derecho a la salud, derecho a la seguridad social, derecho a la alimentación  y a la vivienda, protección frente al trabajo infantil.

 

El trabajo en niños y niñas es una violación a los derechos que tienen para un desarrollo armónico, además la  el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia ( UNICEF) , ha dejado en claro que cuando los adultos les dan la responsabilidad de trabajar, están afectando y es un obstáculo para el desarrollo social y económico, ya que limita la fuerza laboral del futuro y hay una transmisión generacional de la pobreza.

 

En nuestro país los niños y las niñas no deben trabajar, lo pueden hacer con permiso de sus padres o madres después de los 14 años, pero esto no ocurre en la realidad

De acuerdo con los resultados del Módulo de Trabajo Infantil 2013 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), “(…) 8.6% de las niñas de 5 a 17 años realizan una actividad económica, el 36.0% de estas personas no asiste a la escuela y la proporción restante, 64.0%, combina trabajo y estudio; 2.4% no tienen escolaridad; 38.7 y 48.1 por ciento cuentan con algún grado de primaria o secundaria, respectivamente.[2]   

Las estadísticas nos ayudan a ver el problema en la dimensión que tienen, de cada 10 niños o niñas de entre 5 y 17 años que habitan en zonas urbanas, trabajan en actividades como de apoyo, en el comercio, en las ventas, en la actividades agrícolas y ganaderas.

 

Las condiciones de las niñas aún son más difíciles, hay más de 800 mil niñas y adolescentes que trabajan en México, lo hacen por la pobreza que ven en sus casas [3] pero además son víctimas de explotación pues deben trabajar por hasta 12 horas.

México en el mes de junio ratificó el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo en el que se compromete a elevar progresivamente la edad mínima para el empleo, además de que tiene la obligación de eliminar el trabajo en niños y niñas.  En los estados con mayor vulnerabilidad para las infantes son los estados fronterizos, tanto del sur como del norte del país. En Chiapas y Oaxaca las niñas se ven en la necesidad de trabajar en fondas o cocinas económicas, lo que  ocasiona que sean víctimas no sólo de explotación laboral, sino agresiones, abuso sexual, etcétera.

Muchas niñas también trabajan en sus casas, las estadísticas señalan que más de  7 mil 500 que trabajan de apoyo dentro del hogar sin ningún tipo de remuneración, lo que limita que acudan con regularidad a la escuela.

 

El número de niños y niñas que trabajan en nuestro país, va en aumento y que se encuentran en las mediciones de pobreza extrema y pobreza, con el dinero que ganan apoyan a sus familias y además se tienen que pagar los gastos para la escuela y sus cuestiones personales.

 

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