Ayer sábado regresé de vacaciones de semana santa y cómo todos los domingos, hoy decidí hacer mi blog y me encuentro con que mi computadora está descargada y el cargador no sirve. En el centro de servicio me dicen que me pueden reponer el accesorio hasta el martes en la tarde, antes no pueden ayudarme.
Mi primera reacción fue casi desmayarme, por que cómo muchos que seguro están leyendo mi blog, dependemos al 100% de la computadora para trabajar. Logré que cargaran mi computadora en el centro de servicios y como un postre muy deseado que no te quieres terminar pronto, decidí no usarla mas que para lo básico. En ese momento me acuerdo que también tengo mi Ipad y decido que de ahí puedo trabajar con la gran mayoría de las cosas, aunque no con todas.
Entonces decido intentar hacer mi blog y el internet no estaba funcionado correctamente no podía acceder a mi página de edición desde mi IPAD. Empiezo entonces a preocuparme por todo el trabajo que tengo en la semana y la conferencia que doy el sábado siguiente en el congreso de mercadotecnia de la IBERO. Por unos momentos, permití que los pensamientos negativos, que por cierto, todos estaban en ese momento fuera de mi alcance de solucionar, pasearan por mi mente; mi humor empezó a decaer.
Cada vez que me pasa algo parecido, decido entonces sacudir esos invitados negativos y relajarme. En mis manos no estaba lograr que el proveedor de internet arreglara mi problema, en mis manos no estaba lograr que el cargador de la computadora estuviera antes del martes. Por supuesto que lo más fácil es ser fatalista e imaginar todo lo que puede salir mal y todo lo que puede afectar mi trabajo, en lugar de pensar en cómo está en mis manos resolverlo.
Cuando mi mente se abrió a ser más positiva, me acordé que mi vecina tiene MAC y me podía prestar su cargador un rato mientras ella no usara su computadora; las cosas empiezan a verse mejor. Tan sólo con este nuevo panorama, ya no era tan grave mi semana y dejé de ver todo lo demás como una influencia negativa.
Entonces se me vino a la mente, cuántas veces en los negocios, en las tareas que emprendemos, permitimos que los pensamientos negativos invadan nuestras acciones y determinen el resto de nuestro día. Si olvidamos concentrarnos en buscar una solución y permitimos que la "mala suerte" o "un mal día" se apodere de nuestras acciones, eso es justo lo que vamos a conseguir.
El cómo otros nos perciben a través de nuestra imagen, fatalista u optimista, puede influir en el éxito de nuestras acciones. Así que cada vez que hay circunstancias ajenas a mi y que comienzan a entrar sin invitación a mi día, decido cerrar la puerta con llave y proyectar de diferente forma el resultado del resto de mis acciones.
Por cierto, todavía no le pido el cargador a mi vecina, pero con tan sólo pensar que eso puede ser una solución temporal, mi día se ve mucho mejor. ¿Tú día cómo pinta esta semana, con expectativas positivas o todo se ve negro y gris? Recuerda que tu éxito depende de ti, y que cualquier obstáculo que se presenta en tu camino, es más fácil buscar una solución que lamentarte por lo mal que puede estar: es elemental para que puedas sobresalir cómo líder en tu industria sin perder tu seguridad.
Foto “© [Olly] / [PhotoXpress]
Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. Acelerando el potencial de las personas. www.alemarroquin.com twitter @a_marroquin
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