"#MiPrimerAcoso me duele mucho, me duele todos los días y sigue teniendo tanto poder sobre mí que me cuesta demasiado trabajo contarlo. Mi primer acoso fue a los once años. Estaba dormida en mi cama, en un campamento en Canadá y uno de los líderes, tenía como 22 años, entró al cuarto cuando todas las niñas estaban dormidas. Se acercó, me tapó la boca y me dijo "cállate". Me quería dar besos, quería que le chupara los dedos. Me dijo que me quería a mí. Tenía once años, no sabía que era un beso, no conocía lo que era tener a otra persona cerca de esa manera, no sabía nada, era una niña. Ese día me robó, entre muchas otras cosas, el poder de confiar. Además me hizo sentir que no valía nada.
La marcha de ayer me dejó claro que no estoy sola. No estamos solas. Que cada vez que me agarran una nalga y me siento profundamente agredida, que me gritan en la calle, que creen que no soy suficientemente inteligente, que me tratan como un objeto y me duele de nuevo todo, no estoy sola.
#NoEstamosSolas #NoTeCalles #PrimaveraVioleta #NosTocanAUnaRespondemosTodas"

Así como balde de agua fría vi este post en Facebook.

Se me heló el cuerpo y se me partió el alma en una fracción de segundos. Hace 17 años yo era la líder de esa niña que estaba bajo mi resguardo durante un mes a sus once años en un campamento. Todos pasábamos meses en selección para poder participar en estos campamentos internacionales para promover la paz. No lo puedo entender y se me nubla la vista se las lágrimas que comienzan a correr por mis ojos, no puedo parar de llorar de sentir su dolor, impotencia, silencio, enojo y lo peor que se sintiera no valía nada...una niña extraordinaria llena de luz, belleza, energía e inteligencia.

La contacte inmediatamente por mensaje directo y luego por la publicación. Me sentí terriblemente culpable de no haber podido estar ahí para defenderla o posteriormente para denunciarlo... Tantas cosas, recorro a los hombres en ese campamento y no puedo pensar en ninguno de ellos.

La organización responde rápidamente y todos estamos indignados, el Presidente del capítulo de México le pide verla para, si ella lo decide, se pueda llenar un formato y denunciar al agresor para que esté en el blacklist de la organización.

Mi corazón sigue en pedazos mientras recuento en mi mente lo sucedido, trato de imaginar la escena que vivió "mi niña", teníamos una comunicación increíble y aún así no pudo decirme nada. Siento que le falle en tantos sentidos y salen los miedos y acuerdos guardados en lo profundo, me hago consciente todavía queda algo más que trabajar. Dejó ir la culpa, de nada le sirve a nadie, sale ahora la solidaridad para acampañarla en este viaje.

#MiPrimerAcoso en realidad fue abuso sexual a los cuatro años que nunca le dije a mis papás, aunque en realidad yo debía pensar era un juego y tarde años en poder pegar los pedazos de lo que creía eran sueños y sensaciones y las prohibiciones de decir algo y... Se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas. Llevo 15 años trabajando el tema y todavía salen cosas que no he terminado de resolver o procesar. Me acuerdo que en un momento decidí no tener hijos por miedo a que vivieran lo mismo y ahora aunque no fue mi hija, fue una niña a mi cuidado! no pude leer las señales y evitar que sucediera esto o que me compartiera lo sucedido y poder actuar. Fue un deseo que partió del dolor, un acuerdo que tome conmigo misma que no había vuelto a revisar. Vuelvo llorar y sentir un dolor profundo que me lleva a sentir el pecho casi en llamas. Resuelvo diluir mi acuerdo, hoy desde la consciencia y el perdón a mí misma me permito tener hijos si así lo decido y aún más, tener pareja porque me permito terminar de resolver los temas pendientes desde el amor y el aprendizaje.

En mi caso pude confrontar al responsable 20 años después de lo sucedido y saber que no estaba loca, que si había sucedido y que me llevó a un camino de autoperdon vital en mi vida. El tema no era él sino lo que yo me hacía todos los días, volvía a vivir el auto castigo que aún mantengo en ciertas partes de mi vida, pero poco a poco van perdiendo fuerza y voy ganando autonomía.

Cuando creces en una sociedad en donde el valor de una mujer está en su virginidad y tú la pierdes a los cuatro años sin poderle decir a nadie, transicionas a una vida consciente sabiéndote que no vales, sé que en estos momentos es absurdo y parece arcáico el concepto, pero no lo es y está muy arraigado en la cultura. El concepto queda grabado en ti de manera casi como un tatuaje que sólo tú ves y permea en todas las esferas de tu vida.

Hoy la voz que leí de esta niña de 11 años (hace ya 17 años) sintió lo mismo, que no valía...

Su voz cuenta y vale y #Noestamossolas el abuso le sucede a hombres y mujeres. Acompañarnos en el proceso sana, pero sobre todo crea consciencia. El proceso de perdón es vital no por el o la agresora sino por lo que genera en ti.

Decido acompañar a esta mujer en un proceso, que aunque no puede estar en el momento a 17 años puedo estar y sostener su mano y ofrecer mi apoyo y que si algo en mi camino ayuda al de ella, que mi dolor, amor y sanción están a su disposición para su proceso.

Hoy honró a esta mujer que vive el #Notecalles y me lleva a mí a vivir desde otra consciencia una #PrimaveraVioleta gracias infinitas y absolutas Leticia Floresmeyer.  

Mi aprendizaje es recordar a diario que la #paz está dentro de cada uno de nosotros y que desde ahí es que vivo en un mundo mejor. Que aunque cada quien vive su proceso el caminar a un lado de alguien que lo ha recorrido te da luz y esperanza. Gracias Michael por enseñarme a compartir desde el corazón este aprendizaje.

...Love & light.

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