Al ver un promocional sobre ¿cómo ser donador de órganos en México?, con motivo del día mundial del trasplante, cada 27 de febrero, me vino a la mente la película Siete almas, la cual captura la historia de un hombre que salvó a siete personas, y que muestra la gratitud de quienes lograron encontrar a un donante que les ayudó a sanar.
Este caso es sólo una muestra de que la donación de órganos, como dice la activista Jaqueline Semizo, “es la prueba palpable de que existe vida después de la muerte”; pues este acto de altruismo busca que ésta se recobre cuando se recupera la salud.
Aun cuando esta práctica tiene un noble fin, la desinformación sobre ella configura mitos que desincentivan a la gente a ser donante o receptora; entre ellos, el temor de que sus órganos sean retirados sin rigor sanitario, o sin su consentimiento; que se trafiquen en el mercado negro; o bien, la creencia de que sólo podrán recibirlos quienes tienen dinero.
Como lo prevé la Ley General de Salud, este procedimiento requiere de nuestro consentimiento, tácito o expreso, para que, en vida o después de la muerte, nuestro cuerpo o cualquiera de sus componentes pueda transferirse e integrarse a otro individuo.
Según la organización Donate Life America, ceder parte de nuestro organismo a otras personas, puede beneficiar a un estimado de 83 de ellas.
Así, por ejemplo, podemos auxiliar a ocho pacientes al compartir nuestros pulmones, corazón o hígado; y favorecer a otros 75 con nuestros tejidos mediante injertos óseos contra el cáncer, o a través de ligamentos que restauran la movilidad.
No obstante, como lo reporta el Global Observatory on Donation and Transplantation de la OMS, en México la tasa de donantes post mortem fue apenas de dos por cada millón de habitantes en 2021, mientras que la media en el continente americano fue de 18.51.
El desconocimiento en nuestro país de lo que implica donar, se hace evidente con la lista de espera de 20 mil 282 requirentes de órganos o tejidos, reportada por el Centro Nacional de Trasplantes al inicio de febrero de 2023; de las cuales, 77.4 por ciento (15 mil 684) es solicitante de un riñón, 21.1 por ciento (cuatro mil 291) de una córnea, y 1.5 ciento (307) de algún otro miembro.
La transparencia, el cuidado de nuestros datos personales, la eficiencia y la equidad en estos procesos, como lo recomiendan los principios rectores sobre trasplantes de la Organización Mundial de la Salud, son esenciales para generar una cultura de donación, y para afianzar la credibilidad en las instituciones, profesionales y métodos.
En México, además de tener la convicción de ser parte de esta causa, es clave conocer sobre cómo realizarla, para manifestar nuestra voluntad de ayudar mientras vivimos; o bien, para que nuestra familia respete nuestro deseo al fallecer.
La donación de órganos es una forma de trascender como personas, que se cimienta en la confianza que, a su vez, se construye cuando se tiene información para decidir.
Fuente:
"Donación de órganos, altruismo para recobrar vidas", El Heraldo de México, 28 de febrero de 2023, disponible en:
https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2023/2/28/donacion-de-organo...
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