Inicia octubre de una manera un poco complicada, entre muerte y luna llena. 

Hoy acepto que no estoy bien, que tengo duelos y que llorar es la manera en la que mi cuerpo disuelve el dolor.

Me pongo a pensar y observar, se que me duele pero no lo puedo comparar con el dolor de una madre que acaba de perder a dos hijos, a unas hermanas que han perdido dos hermanos, a una hija que ha perdido a una madre y un nieto que podrá recordar a su abuela sólo en fotos.

Y ese es sólo el dolor de mi familia, durante los últimos meses el dolor y la muerte han estado presentes en la vida de muchas de nosotras, que si bien todo el dolor no es causado por este bicho que nos tiene de cabeza a todos, que ha cambiado la forma en la que vivimos y compartimos.

Hay diversos dolores, desde perder empleos, amigos, parientes por muchas causas, dolores de amor y de muerte. Todos los sentimos en varios momentos de la vida, pero en estos momentos, creo que los estamos sintiendo con mayor intensidad, no sé si será en encierro lo que me tiene más sensible.

No puedo dejar de pensar en el país en el que vivo, la cantidad de mujeres, niñas y niños desaparecidos, el incremento en la violencia en casa, el saber que mucha de la infancia tenía un lugar seguro en la escuela que ahora por un tiempo indeterminado ya no existe. 

No quiero ser pesimista e intento agradecer todos los días por algo bueno que me haya pasado en el día, hay momentos en los que me cuesta más trabajo que otros. 

Hoy también recordamos el dolor de hace años donde jóvenes salieron a defender la educación, de un movimiento que se silenció de manera brutal y despiadada, porque 2 de octubre no se olvida, pero no es lo único que no se olvida, no se olvidan los muertos, los desaparecidos que en un país como este son muchos más de los que podemos contar. 

Hoy sólo me quería desahogar, dejar ir a mis familiares que ya no están en este plano y hacerles saber que aquí seguimos, aunque ellos ya no estén, todo lo que haremos a partir de ahora será en su memoria. 

A ti que has leído hasta aquí, gracias por dejarme recargarme en tu hombro aunque no te conozca, y sábete que aquí hay un hombro también, porque en tiempos turbulentos es cuando más apoyo requerimos.

De un ser sintiente a otros, les AMO.

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