Y un día despertamos y nos damos cuenta que ya hemos tocado fondo, que el mundo tal como lo conocemos ya no es el mismo porque está en constante cambio y más todavía, lo que nos emocionaba, hoy, tan solo es un recuerdo, todos los días vivimos nuevas experiencias. O como dice uno de mis mejores amigos: nunca te vas a la cama sin aprender algo nuevo. No hay que asustarse, es normal estamos madurando, a veces nos duele tanto madurar, que siento que es parecido a lo que sentíamos cuando éramos niños y nuestros huesos se estiraban y nos dolían, así creo que es como nos sentimos cuando estamos madurando, nos saben las experiencias un tanto amargas, otras bueno, nos hacen reír y algunas son dulces, como cuando dimos nuestro primer beso, o como cuando nuestras madres secaban nuestras lágrimas.
La experiencia de vivir es emocionante, si lo vemos de la forma aventurera, porque, cuantas experiencias podemos vivir, a cuantas personas podemos amar, cuanta gente se puede conocer, cuantas despertares en todo el sentido de la palabra podemos tener, cuantas perdidas, cuantos reencuentros, cuantos perdones y cuantos olvidos, cuantos juramentos rotos, cuantas nuevas aventuras emprendemos en toda nuestra existencia y cuantos montes escarpados del conocimiento tenemos que subir.
Creo, que lo importante es vivir con la conciencia plena que no son errores los que cometemos sino experiencias que nos hacen vivir y nos permiten conocer nuestras fortalezas y debilidades.
Así que si un día despertamos con la idea de habernos equivocado, lo mejor será reír y agradecer.
En lo personal escribo esto porque siento que estoy levantándome de nuevo de una caída sin paracaídas y toque por fin fondo.
Por eso hoy agradezco estar aquí y ahora escribiendo de nuevo.
Gracias a todos los que me leen, prometo escribir cosas muy interesantes.
Mundo estoy de regreso.
Luz y amor en sus vidas.
Alejandra
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