Recientemente y entre mi familia sucedió un hecho que me tiene un poco pensativa, quizá hasta preocupada, en días anteriores me he enterado que uno de mis sobrinos de la edad de mi hijo JJ, y al cual casi casi vi nacer, ya que yo fui la que lleve a la mamá al hospital, yo fui por ella, yo cargue al bebe recién nacido para conducirlo a su casa, vamos que la tuve que hacer de papá en esa ocasión, ese hermoso bebe tan blanco, tan hermoso y que ya se ha convertido en hombre, está metido hasta la medula en un gran problema, su madre y yo fuimos grandes amigas y primas, tomamos caminos diferentes y dejamos de frecuentarnos, somos de esas familias como hay muchas que aun sin vivir demasiado lejos no nos preocupamos en saber los unos de los otros pues en esta gran ciudad te vuelves tan distante de tu familia, el trabajo, los hijos, los compromisos son pretextos suficientes para alejarte de ellos, al igual que muchos solo nos reunimos en ocasiones especiales como grandes fiestas o velorios, pero nada más, y solo para medio saludarnos y hacer nuestros grupitos y criticar a los otros, nunca hablamos de los que nos está sucediendo, de cómo nos sentimos, de que nos preocupa, de nuestros hijos, a menos claro está, que tengamos de que presumir, que si su trabajo, que si en la escuela, que si juega, que si es el popular, por supuesto hablamos solo de aquello que los demás queremos que se enteren y nos envidien, juzgamos a todos los que a nuestro criterio les ha ido mal, o están haciendo mal las cosas, y así nos enteramos de chismes de fulano, zutana, mengano, mientras pensamos también en el chisme de aquellos con los que estamos reunidos y no nos atrevemos a preguntarles nada, ya sea por miedo o porque pensamos que no es de nuestra incumbencia, nos hemos hecho tan insensibles que a veces nos vendamos los ojos para no ver lo que sucede a nuestro alrededor, lo peor del caso es que nos hacemos sordos ciegos y mudos, aun con aquellos seres que están junto a nosotros y decimos amar más que a nosotras mismas.
Y ¿a que viene toda esta reflexión? Precisamente a la situación de la que me entere, por supuesto que fue por otra persona, los afectados tratan de hacer de cuenta de que aquí nada sucedió, y yo por supuesto ni siquiera he tenido la osadía de llamar por teléfono o…? Bueno ni siquiera sé que hacer, lo único que se me ocurre y creo es lo mejor; es no hacer nada, si me necesitan me llamaran, lo único que si puedo hacer y debo hacer es quitarme la venda de los ojos y observar perfectamente a mis hijos, darme cuenta de quienes son, que hacen, a donde van, quienes son sus amigos, pero sobre todo aceptar que si tienen un problema debo primero reconocerlo aun en contra de mis creencias, aun en contra de el amor, aun en contra del dolor, después tratar de ayudarles en lo que pueda y ellos me lo permitan, y tal vez por ultimo y lo más doloroso es tratar de que se hagan responsables de sus actos. ¿Que difícil verdad?, como le digo a un hijo que se haga responsable de sus actos cuando yo no me hago responsable de los míos, como no sentir culpa de sus malas acciones, sé que cuando los hijos crecen también interfieren otros factores en su vida para formarlos como adultos, pero que parte de responsabilidad tengo yo?, cuando a veces como padres nos preocupamos mas por nuestro trabajo, nuestra vida social, nuestra vida sentimental, y vamos delegando la responsabilidad de la formación de nuestros hijos a la abuela, los tíos, los maestros, la niñera, cuantas veces al levantarse en lugar de darles un beso, un “buenos días”, un “te quiero” , lo primero que hacemos es gritarles, o criticarlos o regañarlos, “ya te bañaste”? ¿Así vas a salir?
Se te va a hacer tarde para el colegio- Levanta tu cuarto, que cochinero tienes, etc etc etc. Llegamos y si aun los encontramos levantados en ocasiones ni un buenas tardes, o un beso, o un cómo te fue, o ¿cómo te sientes? o ¿que hiciste hoy? O …. Hay tantas cosas que platicar con ellos, los tratamos peor que a cualquiera de nuestras amistades, porque eso si llegamos a cualquier lugar y saludamos, somos amables, pedimos las cosas por favor, preguntamos como estas, aconsejamos, nos preocupamos, y hasta tratamos de ayudar, como diría mi madre qpd somos “candil de la calle y obscuridad de su casa”. Y luego dejamos que crezcan en un ambiente poco familiar para nosotros, porque aun cuando estemos en casa, preferimos que salgan a jugar con los amigos para que podamos hacer las cosas que consideramos importantes, queremos descansar, queremos tener un rato de tranquilidad, en lugar de convivir con ellos. Y luego preguntarles por la tarea y conformarnos con la respuesta de ya la hice, y cuando nos damos cuenta el chico o la chica va mal en la escuela y entonces arremetemos en contra de ellos, “¿como no se dan cuenta de que su única obligación es estudiar”?, no tienen otra cosa que hacer, nosotros nos matamos trabajando para que ellos estudien, que “malagradecidos “son.
Y la vida continua, ellos crecen y nosotros como padres nos hemos ido tejiendo a lo largo de los años una imagen de nuestros hijos, la cual solo existe en nuestra mente, porque muchas veces ni siquiera sabemos cuáles son sus preferencias en cualquier ámbito, aquí también aplicaría cierto dicho de “mamá cuervo”.
Así seguimos hasta que un día la vida nos tenía reservada una sorpresa, ese hij@ que nosotros creíamos, era casi, casi perfecto... (Bueno si no continuo sus estudios es porque se estaba tomando un año sabático, si no trabajaba es que como no tiene experiencia en ningún lugar le dan trabajo, si sus amigos son malas compañías es que no por que se junte con ellos va a ser igual)
Y así nos vamos vendando los ojos para no darnos cuenta que nuestr@ amad@ hij@ ya creció, y que no es ni la cuarta parte de lo que hemos formado en nuestra mente. Entonces viene el problema y lo primero que decimos es “mi hijo no fue, el no puede ser capaz de…, las otras personas mienten porque le tienen mala voluntad, las otras personas quieren hacerle daño, le tienen envidia, mi hij@ NO….
Preferimos culpar a los demás, preferimos seguir con la venda en los ojos, porque el quitarla representaría ver a una persona desconocida, a un hij@ que quizá se drogue, o viole, o asesine o robe, o… y ese, ese definitivamente no puede ser nuestr@ hij@, puede ser el (la) hij@ de los demás menos el (la) nuestr@.
El quitarnos la venda representaría sentirnos culpables, heridos, dolidos, desesperados, avergonzados y lo peor esa vergüenza no es ante nosotros es ante los demás porque claro- primero esta “nuestra imagen” ¿que van a decir los demás? Y yo pienso a mi que malditos me importa la gente si el (la) unic@ que debería importarme es mi hij@.
Hagamos un poco de conciencia, seamos más padres y menos “candiles de la calle…” preocupémonos más por ellos, amémoslos mas y demostrémoslo, pasemos un poco mas de tiempo con ellos, conozcamos a sus amigos y porque no, a sus enemigos, platiquemos con ellos de cualquier tema, todo tiene su tiempo y lo que no se hace a tiempo ya no se hizo. Formemos hombres y mujeres con sentimientos, con valores, con responsabilidades, tratemos de que esa venda que poco a poco nos ciega no aparezca y si lo hace , hay que arrancarla aunque en ello se vaya nuestro corazón, mas vale un regaño, una palabra, un castigo.. a tiempo, que después darnos tiempo para visitarlos, en un nosocomio, o en un reclusorio, o en una tumba, tratemos pues de ocuparnos un poco mas en nuestros hij@s de nuestra familia y dejemos de preocuparnos.
Y por ultimo a mi querida prima e inolvidable amiga le deseo con todo el corazón; Dios le ayude a quitarse la venda de los ojos, aun que para ello le destroce el corazón. A mi sobrino le deseo con toda el alma , recapacite, se haga responsable de sus actos y pida ayuda para que pueda regresar a ser el chico sano, alegre, juvenil, sonriente y buen deportista que una vez conocí y a Dios; a el le doy las gracias por permitir darme cuenta que debo quitarme la venda de los ojos antes de que esa venda cause una gran herida en mi corazón, solo espero estar a tiempo de hacerlo.
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