En el mundo digital, el procesamiento de datos se ha convertido en el eje de muchas de las actividades que hacemos en línea, pues facilita a las empresas, a los gobiernos y a los individuos la toma de decisiones con base en su análisis, lo que permite mejorar la prestación de servicios, así como el descubrimiento de invenciones para nuestro beneficio.
Esta avalancha de información demanda a las organizaciones que la manejan a contar con una infraestructura informática para su alojamiento y sistematización, lo que les conlleva a evaluar sobre la inversión en equipos, aplicaciones y licencias. Al respecto, sobre su administración, la firma Gartner pronosticaba, desde 2018, que para el 2025, el 75% de ella sería descentralizada.
Para favorecer su desarrollo, el cloud computing o “nube” ha operado como un modelo de negocio que interconecta redes, ordenadores y otros componentes, ubicados en instalaciones externas (datacenters), que tienen la capacidad para tratar y resguardar insumos informativos a gran escala, vía Internet, según los requerimientos de cada cliente.
A pesar de sus ventajas, este mecanismo tiene limitaciones, pues los procedimientos que necesitan ejecutarse, de forma inmediata, pueden verse afectados por fallas de conexión, aunado a los posibles ataques y vulneraciones al contenido transmitido a dichos repositorios ante alguna falta de control, o por su lejanía con el usuario.
Ante estos escenarios, se han extendido otros medios que puedan garantizar la eficiencia y seguridad de esta clase de procesos que llevan a cabo las instituciones públicas y privadas que emplean datos.
En este contexto, surge el edge computing que es un sistema que tiene como objetivo acercar la producción, la transformación y el envío de información “al borde” de la web, es decir, con mayor proximidad al dispositivo o persona que la genera y la pide, e incluso, en el mismo sitio donde se encuentra.
Este método, combinado con el uso del 5G, al estar más cerca de quien lo ocupa, genera mayor confianza en su funcionamiento y en el cuidado de la privacidad, incrementa la velocidad y la calidad en la comunicación; y remedia problemas de conectividad, latencia y tráfico en el ciberespacio.
En campos donde es esencial tener respuestas oportunas, y no es posible esperar, el edge computing es clave; por ejemplo, en cuestiones médicas, para el reconocimiento facial de pasajeros o bien, para monitorear y alertar, con drones y robots, sobre fenómenos naturales como terremotos.
En noviembre, con motivo de los días de la Preservación Digital, y de la Seguridad de la Información, el 2 y el 30, respectivamente; y en palabras del empresario Dean Kamen, quien dice que “de vez en cuando, una nueva tecnología, un antiguo problema y una gran idea se convierten en una innovación”, ampliemos nuestros horizontes para conocer y aprovechar las herramientas de gestión de datos a nuestro alcance, como el cloud y el edge computing y, así, potenciar lo que hacemos.
Fuente:
"Cloud y edge computing, gestión de datos al alcance", El Heraldo de México, 07 de noviembre de 2023, disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2023/11/7/cloud-edge-computi...
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