Había prometido no llorar, despedirme de ti como lo hacíamos cada mañana cuando cada uno se metía en su mundo de pendientes y actividades, solo darte un beso como siempre y deserte un lindo día, pero al despedirme de ti y tenerte entre mis brazos sentí como si una parte de mi corazón se hubiera desprendido y saliera atravesando mi piel, que dolor, hubiera deseado en esos momentos tener el poder de hacerte tan pequeño como cuando eras bebe y te tomaba entre mis brazos apretándote contra mí, besando tu carita y decirte despacito cuanto te amaba, arrullarte y verte dormir en mi regazo, dando gracias a Dios por tenerte;  pero  como esto no fue posible solo pude darte un fuerte abrazo decirte lo mucho que te quiero y darte un beso en la mejilla, el dolor  de la despedida fue más grande que mi promesa,  las lagrimas rodaron por mis mejillas llegando a las comisuras de mis labios que en vano intentaban embozar una sonrisa,  te bajaste del auto y yo seguí mi camino rumbo a una casa que me esperaba con los brazos  abiertos, fría, sola y con miles de recuerdos tatuados por los años en sus paredes.

Fueron largas  horas de camino de regreso a casa, y  a la distancia te quedabas con tus proyectos, con tus planes, con la novedad que te ofrecía  otra ciudad, otros amigos, otros caminos por recorrer, otras aventuras por vivir, otra etapa de tu vida se iniciaba. No, yo no iba a ser quien obstaculizara tu camino, quien obstruyera tu sendero,  era tu decisión irte a estudiar a otro lugar, eras tú quien había decidido abandonar el nido, yo solo debo de respetar  tus decisiones además de sentirme orgullosa porque aun con el miedo que da lo desconocido te habías atrevido.

Como pasa la vida, en un abrir y cerrar de ojos te hiciste hombre,  siempre tomando decisiones radicales, recuerdo el día que ya no quisiste usar el pañal, o aquel día que le quitaste las rueditas de equilibrio a la bicicleta, o cuando decidiste que querías patinar y aun cuando los patines eran más grandes que tus pequeños pies los hiciste, que recuerdos,  cada uno de tus logros lo llevo grabado en mi mente. Y ahora estas ahí a donde soñaste mucho tiempo llegar y que tanto esfuerzo te costo, con todo lo que tuviste que pasar, pero ahí estas.

A la distancia me doy cuenta que también estas lejos de mi mirada indiscreta que vigilaba a diario tus actividades,  estas lejos de mi manía compulsiva de saber la hora de regreso y con quien estabas. Estas lejos de  mi carrera amateur de detective para investigar qué tipo de amistades tenias, estas lejos de mi  amañada supervisión por tus deberes. Estas lejos de mí.

Y atrás se han quedado nuestras largas charlas de madrugada,  nuestras risas de complicidad, nuestros largos paseos de compras, tu mala costumbre de querer corregir mi carácter, mi tono de voz hacia los demás, las comidas fuera,  nuestros viajes,  las peleas por el tipo de música que escuchábamos al ir en el auto.  Atrás quedan los recuerdos de los años vividos juntos.

Ahora te toca responsabilizarte por ti, aplicar toda y cada una de las enseñanzas que te di, se que como madre he tenido grandes errores pues como dicen por ahí , cuando naciste no traías un manual , por lo que hijo mío yo solo te di lo que tenía ni más ni menos, procure separar las cosas aprendidas de mis padres que no me gustaron, de aquellas que creí estaban correctas, procure leer  e informarme de que era lo mejor para ti, desde mi punto de vista claro está, procure enseñarte la diferencia entre el bien y el mal,  procure inculcarte la fe a través de la creencia de un Dios,  procure enseñarte a reflexionar sobre tus actos y hacerte responsable de cada uno de ellos, procure darte una mejor vida de la que yo tuve (eso te creara una necesidad, toda tu vida), procure enseñarte a amar, a llorar, y mi  aportación más reciente  hacia tu persona procure que supieras que es la humildad, en fin ,  procure darte lo mejor, aclaro,  todo esto es y será lo que yo creí fue lo mejor.

Y con estas bases que quizá no sean las mejores te dejo hoy mi pequeño hijo, se que harás el mejor uso de ellas y las modificaras según vayas aprendiendo de tus experiencias, de tu vida. Te dejo partir cual ave que emprende su vuelo, te dejo hijo mío un pedazo de mi corazón, cubriendo el tuyo como escudo,  te dejo mis mejores recuerdos para cuando estés solo y nostálgico hagas uso de ellos y cerrando los ojos,  los evoques arrancándote una sonrisa que haga desaparecer tus tristezas. Te dejo  también un ejemplo de fortaleza y superación por si en algún momento te sientes tan agobiado que quieras mandar todo a la fregada. Te dejo mi amor incondicional por si en algún momento te sientes solo. Pero sobretodo hijo las puertas  abiertas de una casa junto con mis brazos para cuando necesites  consuelo, amor, comprensión, que alguien te escuche,  y algo muy importante  para cuando necesites UNA MAMÁ.

CUANDO ME FUI DE MI CASA,

NIÑO AUN, MI MADRE ME

ACOMPAÑO  A LA ESTACIÓN Y

CUANDO SUBÍ AL TREN ME DIJO

ESTE ES EL SEGUNDO Y ULTIMO

REGALO QUE PUEDO HACERTE

EL PRIMERO FUE DARTE LA VIDA

EL SEGUNDO LA LIBERTAD PARA

VIVIRLA

(Facundo Cabral)

 

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