El año pasado The Huffington Post pidió a sus lectores que definieran a Dios en una palabra. Las diez principales respuestas fueron: 10) Omnipotente, 9) Ficción, 8) Inexistente, 7) Todopoderoso, 6) Imaginario, 5) Sorprendente, 4) Creador, 3) Asombroso, 2) Todo y 1) Amor. Ciertamente es toda una gama de respuestas, y parecería muy contradictoria e incluso confusa. ¿Cómo puede haber tantas definiciones diferentes de lo mismo?
Recuerdo una época en la que llevé a mi familia al Parque Nacional de las Montañas Rocosas en Colorado. Mi hijo iba conduciendo montaña arriba por un camino muy angosto, y los demás íbamos mirando el paisaje. Cada uno vio algo diferente. Yo exclamé: “¡Sensacional! ¡Miren la nieve!”. Mi esposa hizo comentarios sobre las cascadas. A mi hija le encantaron los árboles. ¡Mi hijo mantuvo sus ojos en el camino! Todos miramos el mismo paisaje y el mismo lugar, pero cada uno de nosotros se maravilló ante algo diferente.
¿Podría esto explicar tales diversos puntos de vista acerca de Dios? En la Biblia David llama a Dios “Pastor”; Juan lo define como Amor; y Jesús se refiere a Él en la Oración del Señor como el Padre de todos. Parecería ser que aunque Dios es universal, aun quienes creen en Él lo comprenden individualmente. Quizás esto se deba a que la experiencia personal de cada individuo acerca de Dios (o la ausencia de la misma) a menudo determina nuestro concepto sobre Él. Pero Dios es más que nuestra experiencia humana de Él. Una perspectiva más profunda del Ser Infinito puede abrir la puerta más allá de nuestra experiencia limitada acerca de Él hacia conceptos nuevos y espirituales, no solamente de Dios, sino también de nosotros mismos y de nuestro mundo.
La búsqueda de Dios caracterizó la vida de Mary Baker Eddy, quien fundó la Ciencia Cristiana. Tras décadas de mala salud, desilusión, viudez y dificultades financieras, bien podría haber llamado a Dios “Inexistente”. En su lugar, ella estudió continuamente la Biblia para comprender a Dios mejor. Y encontró que esta búsqueda era un maravilloso viaje espiritual, que finalmente la condujo a recuperar la salud, el gozo y la seguridad económica.
Al igual que David, San Juan y otros personajes de la historia, ella se dio cuenta de que Dios es conocible y tangible. Su estudio de la Biblia le enseñó que a medida que ella humildemente reconocía la existencia de un poder más allá y por encima de lo humano, obtenía una comprensión más completa de Dios a través del Cristo. Al igual que San Juan lo expresa: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero...” (1 Juan 5:20), Mary Baker Eddy percibió que Dios puede ser definido mediante los siguientes términos sinónimos basados en la Biblia: “Principio, Mente, Alma, Espíritu, Vida, Verdad, Amor,” que ella explica en su libro, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras.
Ella razonó además que si Dios es el Creador del hombre, el hombre debe estar definido por la naturaleza de Dios, y debe expresar inherentemente estos términos sinónimos mediante cualidades espirituales y morales tales como sabiduría, honestidad, valor, fortaleza, afecto y salud.
Esta comprensión hizo a Dios conocible y trajo guía, perdón y aun la curación del dolor y la enfermedad a las vidas de sus lectores. Durante los últimos 140 años, muchas personas, incluso yo mismo, han probado el carácter práctico de estas enseñanzas al sentirse cerca de Dios y ser sanados por esta relación.
Una vez me torcí gravemente un tobillo. Muy pronto el tobillo se hinchó y decoloró y comenzó a dolerme. Aquella noche fui a una reunión de mitad de semana de la iglesia y escuché pasajes de la Biblia y Ciencia y Salud acerca de la naturaleza de Dios y Su poder sanador. Al sentir la presencia del Amor divino, salí de aquella reunión de la iglesia sin dolor alguno. La decoloración y la hinchazón pronto desaparecieron. Este amor sanador de Dios está disponible para todos.
Eddy percibió que la naturaleza del Infinito es justamente esa: ¡infinita! Sus conclusiones la llevaron a escribir: “Dios es universal; no está definido por dogma alguno, ni es propiedad de ninguna secta” (Escritos Misceláneos, pág. 150). Este Dios universal e infinito se revela a cada uno de nosotros, aun durante las experiencias más duras. Pero necesitamos mantener nuestros ojos abiertos reconociendo a Dios y buscando pruebas de estos sinónimos en nuestras vidas. ¿Qué tendría de bueno realizar un viaje por las montañas con los ojos cerrados? El paisaje del Amor está justo delante de nosotros, esperando que le prestemos atención para recompensarnos con nuevas perspectivas.
Thomas Mitchinson escribe sobre la relación entre el pensamiento, la espiritualidad y la salud. También es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Illinois, EEUU.
Artículo publicado originalmente en Peoria Journal-Star, @pjstar.
Comentario
Muchas gracias Yamil! Spinoza también es uno de mis pensadores favoritos, encuentro en sus escritos pensamientos muy valiosos. Otra pensadora, escritora y poeta que me encanta es Mary Baker Eddy, te invito a conocerla a través de sus escritos! Saludos Yamil!! :D
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