Mi madre es ama de casa, jubilada y pensionada. Una mujer de la iglesia católica que afirma que "su fé" está por encima de todo, incluso de sus hijxs.

Ella me apoya en mi lucha por la equidad pero no entiende... Con toda humildad me pide, me pregunta, me cuestiona y agradece poder, a través de mis explicaciones, entender un poco más de qué se trata.

Mi orgullo es muy grande porque ante tanta replesalia del sistema patriarcal, ella, mi madre, se abre a otra visión y aunque le cueste desaprender, logra abrirse y unirse a tejer la equidad.