La inteligencia artificial es rápida, práctica y a veces brillante.
Pero si aceptamos todo lo que genera sin cuestionarlo, se vuelve más un riesgo que una ayuda.
Trabajo con muchas mujeres y sienten que “no saben usarla” o que “no pueden confiar del todo”.
Yo les ayudo a perder ese miedo y también les enseño a usar el filtro más efectivo…. Nuestro criterio.
La IA responde, pero quien piensa eres tú.
La IA acelera, inspira, desbloquea.
Pero si no la usamos con intención, podemos acabar con errores, textos impersonales o ideas que no conectan con nuestra estrategia.
Por eso siempre paso sus respuestas por tres preguntas sencillas.
La IA suele escribir en un tono neutro y pulido, pero poco humano.
Si no revisas lo que te entrega, puede terminar hablando en tu nombre… sin sonar a ti.
Y aquí entra algo importante: la IA solo puede reflejar tu estilo si se lo enseñas.
No basta con “pedirlo”. Necesita referencias.
¿Cómo lo hacemos?
Dándole ejemplos reales: textos tuyos donde se vea tu tono.
Explicándole quién es tu público: cómo hablan, qué les preocupa, qué necesitan.
Aclarando tu objetivo: vender, inspirar, educar, generar confianza.
Revisando lo que te da y corrigiéndola: cada corrección afina su comprensión.
Si tú no marcas el rumbo, la IA inventa uno.
La coherencia no es un detalle. Es identidad.
La IA puede sonar muy segura… incluso cuando se equivoca.
Predice, combina, completa. A veces inventa.
Por eso le pido siempre que cite fuentes, que explique su razonamiento y que contraste lo que afirma.
No para desconfiar de la herramienta, sino para no caer en la ingenuidad digital.
Hoy, el pensamiento crítico es tan necesario como la habilidad técnica.
La IA puede darte respuestas correctas… pero irrelevantes.
Ideas bonitas, pero poco prácticas.
Textos perfectos, pero que no convierten.
La tercera pregunta es la más estratégica: ¿esto me acerca a lo que quiero conseguir?
Si no lo hace, vuelvo a preguntar. Ajusto. Simplifico.
La IA no se ofende por pedirle más claridad.
No necesitas saber “toda la técnica”.
Necesitas intención, criterio y una visión clara de lo que quieres construir.
La IA no sustituye tu mirada.
La amplifica, si tú llevas la dirección.
Cuando usas la tecnología desde ese lugar, pasas de sentirte pequeña a sentirte capaz.
Y es ahí donde la IA deja de ser una moda y pasa a ser una aliada real.
Bienvenido a
Mujeres Construyendo
© 2025 Creada por Mujeres Construyendo.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!
Únete a Mujeres Construyendo