En este momento nos enfrentamos a la propagación de una enfermedad infecciosa, provocada por un tipo de coronavirus llamado COVID-19, descubierto en diciembre de 2019, a partir de un brote ocurrido en Wuhan, China.


Los coronavirus son una rama de virus que causan padecimientos en animales y personas. Algunos de ellos generan infecciones respiratorias desde la gripe hasta males severos.


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad se ha apoderado aproximadamente de 184 países, áreas o territorios, incluido México, y su expansión sigue.


Cuando un acontecimiento de esta envergadura tiene lugar, como ocurrió en 2009, con el virus de influenza porcina (A/H1N1), se pone a prueba la capacidad de reacción de las instituciones públicas y los esquemas de coordinación con la sociedad.

Hoy, se requiere de un actuar consciente y corresponsable de las y los mexicanos para afrontar y contener los efectos de esta pandemia, en la salud, vida y demás derechos de las personas, en la provisión de servicios, o bien, en los ámbitos laboral y económico.


Por eso, es fundamental que se garantice información de calidad a la ciudadanía, que sea veraz, confiable, oportuna, completa y accesible, para que sepa cómo resistir y superar situaciones de crisis.

A la par, debemos evitar la desinformación, porque genera confusión y pánico en la población. La correcta comunicación y socialización de la evolución de esta enfermedad; de sus causas; de los síntomas; de las vías de infección, y de las acciones que las instituciones del Estado llevan a cabo o que realizarán, brindan confianza, seguridad y certeza.

En nuestra ciudad, por ejemplo, el Gobierno implementó un sistema de mensajería SMS, por el cual se envía la palabra “covid19” al 51515, de esta manera, las personas pueden saber qué hacer en caso de presentar señales relacionadas con este padecimiento, lo que permite un seguimiento para brindar atención médica.

En circunstancias de emergencia como la que vivimos, es preferible excederse en ser preventivos, que lamentarse después por aquello que no se hizo, pues como se dice el “hubiera no existe”, y en cuestión de vidas no se puede ni se debe escatimar en decisiones ni recursos para su protección.

En ese sentido, diversas instituciones públicas, entre ellas el Instituto de Transparencia capitalino, han adoptado medidas para priorizar la salud, reduciendo al mínimo indispensable las actividades presenciales, privilegiando el trabajo desde los hogares y suspendiendo plazos legales, sin dejar, de proteger los derechos, que para el caso del INFO-CDMX, son el acceso a la información y la protección de los datos personales.

Saber puede salvar nuestras vidas. Debemos estar enterados sobre qué hacer para protegernos; así como, conocer la forma de actuar en caso de contagio.

Es de suma importancia de que las instancias públicas salvaguarden la identidad e información de salud de las personas, para evitar cualquier tipo de discriminación por enfermedad que padezcan, no solo el COVID-19 sino alguna otra; o bien, por su origen, su nacionalidad o porque alguien provenga de un país con alta propagación, para no afectar su dignidad.

El acceso a la información y la protección de los datos personales son derechos llave de otros derechos. Su garantía ayuda a asegurar la salud y la vida de las personas.

 

*Comisionada Ciudadana del Instituto de Transparencia de la Ciudad de México (INFO).

Twitter: @navysanmartin

 

Fuente:

Saber para salvar vidas, Columna Brújula de Ideas, Periódico 24 Horas, 24 de marzo de 2020, en: https://www.24-horas.mx/2020/03/24/saber-para-salvar-vidas/

 

 

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