Los japoneses tienen una técnica milenaria a través de la cual embellecen con laca de oro las piezas y objetos que se rompen. Con ello logran dos cosas: le dan un signficado valioso a las "cicatrices" de las piezas y les hacen un tributo con oro por lo que significan.

Es el proceso Kintsukuroi.

A mi me parece fabuloso este enfoque porque rescata la historia de las piezas y en lugar de esconder lo que se rompió, se reconoce y enaltece el significado de lo que sucedió y la capacidad para volver a unir, con oro, lo que se fracturó.

¿Te imaginas cómo serían nuestras vidas si en lugar de ocultar que a veces nos rompemos por dentro, cometemos errores y llevamos cicatrices vitales, las reconocemos, valoramos, "pegamos con oro" y las asimilamos como parte de quienes somos?

Seríamos personas más completas, perfectas en nuestra imperfección, plenas y transparentes porque no tendríamos que construir historias innecesarias para cubrir las fracturas y podríamos hablar de ellas con naturalidad y aceptación.

Hace unos días subí un post sobre esto y me ha parecido valioso compartirlo hoy aquí. Me parece una hermosa metáfora sobre la vida de la cual tenemos mucho que aprender. No nos estamos haciendo más jóvenes y reconocer nuestro recorrido e historia nos puede liberar y permitir construir un futuro como queremos, sin buscar ser "perfectas" para ser aceptadas. Cuando aceptas tus propias cicatrices el resto del mundo las tendrá que aceptar y si alguien no las acepta, puedes agradecer que te liberen espacio para estar con las personas que sí.

Por ello decidí hablar del #KintsukuroiMindset, como ese mindset, esa actitud de aceptación de lo que somos, nuestra historia, nuestra trayectoria, con todos sus aciertos y desaciertos, con cada fractura y cada cicatriz. Eso somos.

Si no tienes una sola cicatriz en el alma o el corazón, perdona que te lo diga, ¡no sé en dónde has vivido! Nuestra humanidad la constituyen nuestras experiencias y aprendemos de ellas viviéndolas. La vida no la teorizas, la vives, y en ese proceso te rompes, te pegas, aprendes, vuelves a errar y vuelves a acertar.

Estoy convencida de que con Kintsukuroi Mindset podemos ser no sólo personas más felices sino más valiosas y asertivas, más claras, transparentes y sinceras. No tenemos nada que esconder porque somos lo que somos y no tenemos interés en ocultar nada, empezando por nuestros errores y fracasos (que por cierto, lo son si decidimos que lo sean).

Podemos desempeñarnos en nuestros negocios, trabajo y vida personal con más fluidez y energía, porque no tenemos que "cuidarnos" de cubrir lo "que no se debe saber". Al contrario, lo asumimos, reconocemos, incorporamos a nuestra vida y fluimos con ellos. ¡Qué liberador!

Así que te invito a incorporar el Mindset Kintsukuroi a tu vida.

Cuéntame en los comentarios lo que piensas y por dónde vas a empezar. Te leo.

https://linktr.ee/claudiacalvin

Publicado originalmente en LinkedIn el 16 de febrero.

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