En otros países la campaña #MeToo animó a mujeres a denunciar casos de violencia y acoso y a los hombres los llevo a sumarse a las denuncias pidiendo justica por los casos, los medios han dado voz las mujeres víctimas, pero momento, eso no ha pasado en México.
En México, la actriz Karla Souza, en entrevista denunció que fue víctima de violación por parte de un director, pero nunca especifico el nombre del director.
¿Cuál fue la reacción de los mexicanos y los medios?, decir que es muy exagerada, que no tiene pruebas, a cuestionarse por qué denuncia muchos años después.
En varios muros de facebook leí lo indignados que estaban –los hombres- que la imagen de un director se fuera a manchar, se quedará sin trabajo, que si un desliz moral es suficiente para terminar con una carrera profesional, y muchas más justificaciones.
Somos unas exageradas
Primero, en el caso de Karla nunca dio nombre, las acciones tomadas por la compañía Televisa ese mismo día son y debe ser consideradas independientes a las declaraciones de ella, otras actrices esos mismos días han dado nombres de sus agresores, pero tampoco es motivo de revancha, ¿cómo te justificas de cometer una violación?, ¿cómo?, ¿con qué cara te atreves a decir que exageran?
Segundo, han pasado años, hasta el momento ninguna de las declaraciones de actrices mexicanas es reciente, ¿por qué hablar hasta años después?. Observen algo, están haciendo una denuncia mediática, no están demandando a los agresores, lo que se busca en estos casos es exhibir y que la sociedad juzgue como bien lo considere, desahogarse y hasta quitarse un peso de encima al compartir sus historias.
Las razones son muchas y todas validas, después de una violación no se acepta lo que ha pasado, y como ella dijo, no tenía la educación y hasta experiencia para saber que estaba bien o mala, y otro factor, el empoderamiento que se tienen como mujer como para saber qué es y que no consentimiento.
Tercero, los medios de comunicación deben plantearse cómo tratar este tipo de casos, no quiero decir que solo deben de dar voz la víctima o al presunto agresor, ambos merecen tiempo, pero deberían de contar con un Manual de acción donde se especifique: el tiempo que le van dar a ambas partes, el lenguaje no discriminador e incluyente, el punto de vista de ambas artes y la postura del medio.
Cuarto, el dilema del consentimiento, esa delgada línea entre el coqueteo y la violación depende de una palabra: consentimiento (que sí y que no quiero, me gusta, permito).
Como parte de las respuestas que se dieron a las declaraciones de Souza, se difundió otra entrevista donde decía que al principio de su carrera si sabía que le gustaba a algún director, le coqueteaba para conseguir algún papel o favor, ella acepta el coqueteo, pero aún en este tipo de situaciones se puede dar la violación y es cuando ella se niega a sostener relaciones sexuales.
Movimiento de lentejuela
Lo he dicho varias veces, el Movimiento #MeTooMx no es el primero y no es la primera vez que las mujeres nos manifestamos en México contra el acoso, la violencia y violaciones, tenemos antecedentes muy buenos y recientes como #MiPrimerAcoso y las marchas del #24A (24 de Abril) y desde el año pasado el Paro del #8M (8 de marzo), no es la primera vez que las mujeres mexicanas nos unimos a alzar la voz (desde hace se toman las calles y se hacen manifestaciones más continuas por feminicidios) pero esta es la primera vez que mujeres públicas como actrices se unen a estos discursos, pero más que sumarse a tweetear, se han sumado a denunciar.
Me alegra que el movimiento crezca y se genere una mayor conciencia de denuncia y hartazgo a estas prácticas por parte de las mujeres, espero que estos reflectores logren generar un cambio social y reformas suficientes que logren la justicia que se busca.
Cómo feminista me alegra ver como va creciendo esta causa y como más mujeres creen en la causa, pero también me cuestiono que tanta lentejuela y glamur necesitamos para ser tomadas en serio.
Súmense todas las que quieran, pero por favor, no podemos caer en creer que solo la violencia y el acoso le suceden a ciertas mujeres, el acoso y la violencia nos pasa a todas.
¿Qué sigue?
¿Por qué aun no aceptamos que la violencia es violencia y que el acoso es acoso?, por lo profundo y muy marcada que está en la cultura mexicana, cuando viajo al extranjero se nota, a las mujeres nos ven como las coquetas por excelencia, somos los que hacemos amigo muy fácilmente y con todos nos dejamos abrazar, etc.
No podemos castigar a las mujeres por prácticas como el acoso u hostigamiento, como quitar a las edecanes de la Formula Una, ese tipo de medidas no garantiza su vida libre de violencia, las castiga y ellos, los agresores salen libres.
No podemos juzgar a todas de coquetas, que nosotras nos buscamos esa agresión, que nos prestamos a esos tocamientos. Denunciar cualquier acción que nos violente requiere de mucho valor, por eso yo les creo.
No estamos matando el romance ni el coqueteo, como mujeres queremos que se respete nuestras decisiones y a todas las que han alzado l voz en casos de violencia, es digo: no están solas, hoy una causa nos une y juntas lograremos un México seguro para todas.
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