Palabra de musicalidad dudosa y significado temible. En general da mucha flojera.

Con todo, es un ejercicio periódico que debiéramos instaurar con la misma naturalidad con la que cambian las estaciones. De otro modo nos vamos saturando de tiliches, de cosas inservibles, de consignas inoperantes, de experiencias sin digerir que nada más se refunden donde quepan y estorban –como toda basura- una barbaridad.

Porque si, mientras haya espacio, se van juntando ollas sin tapa, tapas sin olla, tres platos de una vajilla, dos de otra y sólo las tazas de la primera que tuvimos. Vasos (once) todos distintos y “esmerilados” a punta de fibra verde… juguetes de los niños que ya son adolescentes, pilas viejas, alambritos de bolsa de pan, zapatos casi nuevos pero duros y anticuados, ropa ochentera (que aunque todavía te quede, ni un menesteroso portaría sin rubor).

En caso de tener mucho lugar para almacenar, muy posiblemente guardarás las mesitas horribles de fulana, la talavera linda pero en cajas de sutana, los recuerdos de mengana, los fierros que ni sabes para qué sirven de un pariente aficionado a la mecánica automotriz.

En tu cartera conservas mil vouchers y recibos del súper, credenciales de clubs de compras a los que hace años ya no perteneces. En un cajón los pasaportes vencidos desde el primero que tuviste, en otro, recortes de periódico que ni por el derecho ni por el revés atinas a dilucidar por qué demonios guardaste.

Si revisamos los contactos de celular, no tenemos idea de quiénes con las siete “Mónicas” registradas, si nos asomamos en el correo electrónico, hay hartísima basura acumulada de información que ya no recuerdas para qué era importante.

Eso sin tocar los adornos en casa. Cuántas de nosotras pagamos por no ser quien sacuda tanto “bibelot”. ¿Cuántos de esos objetos están ahí nada más porque no tuvimos el valor de desecharlos tan pronto nos cayeron en las manos? Ni nos gustan, ni se ven lindos, ni nos dicen nada.

Si así está lo de afuera, ¿cómo estaremos por dentro? Igual o peor. Porque al alma le cabe más que a cualquier disco duro o departamento moderno. Eso de no escombrar, de no desechar, digerir, acomodar… se convierte en verdadero atorón.

Incluso me atrevo a proponer una teoría para quienes viven en batalla permanente con el peso. Si te escombraras por dentro, si te deshicieras de toda la basura, de lo que ya no sirve, de lo que fue paradigma pero probablemente nunca funcionó… tal vez tu cuerpo deje de retener hasta la última caloría que viste pasar aunque no te la hayas zampado. Retener lo de afuera es espejo de lo que retienes por dentro.

Aunque no tuviera sustento mi teoría para garantizar flacura, les aseguro que el ejercicio es profiláctico.

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Comentario

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Comentario de Renata Rodriguez el julio 1, 2014 a las 1:57pm

Ale, me hiciste soltar una sonora y muy agradecible carcajada.  Gracias por leerme, por comentar y por sugerir la elaboración de un manual!

Comentario de Ale Montemayor el julio 1, 2014 a las 12:13pm

Tengo la teoría de que los objetos materiales son un reflejo material de mi estado interno en cada momento de la vida. 

Gracias a éste poder X, vengo a ser algo así como la némesis azteca de los acumuladores del Discovery Channel. 

Si un objeto me trae alegría, se queda. Si me recuerda algún mal momento, se va. Sin compasión, relación costo-beneficio, nostalgia o sentimentalismo.

Las cosas son cosas, y ya.

Lo raro es que el escombro físico no lo aplique igual al mundo de lo invisible.

Tengo dos cajotas en el alma, que nomás no me deshago de ellas.

Cada que paso por ahí, me tropiezo y me doy en el dedo chiquito. ¡Y vieras como puteo!  Porque los golpes que más arden son los del dedito.

Pero ahí las tengo. 

Ya traté métodos amables y mercenarios, científicos y paranormales. El Maestro Limpio de la terapia, el power mop de los exorcismos y la devoradora Koblenz de la indiferencia, pero las pérfidas cajas nomás no se largan.

*Suspiro*

Así que, en pro del bienestar higiénico y estructural del dedito espiritual, si alguien tiene el manual técnico de "Cómo dejar ir en 3 sencillos pasos tenga llave stilson o no", le agradeceré me lo haga llegar a la brevedad.

Pago el timbre postal.

Comentario de Dora Grandizo Prado el junio 19, 2014 a las 10:05am

ESCOMBRAR.  Palabra a repetir como mantra y en algun momento su fuerza nos dará impulso para llenar botes de basura en lugar de closets.  Saludos.  

Comentario de Renata Rodriguez el junio 11, 2014 a las 9:39am

Gracias a las dos por la visita y los comentarios. Juanyta: Qué te hiciste, te ves radiante!!!

Comentario de Bertha Calvin Venero el junio 10, 2014 a las 7:48pm

Esa sabiduría, que te fluye tan fácilmente, mi querida, es una delicia de leer. 

Suavemente le zampas (o ¿sampas? disculpe asté, pero no se bien cómo se escribe) a uno su terapia rápida sin costo de uso de diván. ¡Gracias por la reflexión!

Comentario de Juana Henriquez Picasso el junio 10, 2014 a las 7:23pm

Me encanta leerte. Y si tienes razón, eso de acumular. Ese último comentario en particular me hizo sentido. voy a poner manos a la obra y escombrar. Besos.

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