Leía un artículo muy interesante hace unos días del académico Douglas Ready, en el que hablaba de la importancia que cultivar relaciones tiene para el fortalecimiento de los liderazgos. Señalaba, entre otras cosas, que en el mundo post pandemia, ésta será una necesidad fundamental. 

Coincido plenamente. He sido una convencida toda mi vida de la importancia de tejer redes, construir relaciones, ocuparte por otras personas y generar sinergias, alianzas y fortalecer lazos de sororidad. Las mujeres lo sabemos hacer muy bien y es hora de potenciar estas habilidades para darle vida a una realidad incluyente en la que nuestros proyectos, ideas, negocios, iniciativas y talento no sólo sean visibles, sino que sirvan para hacer de este mundo un mejor lugar. 

Llevo mucho tiempo estudiando las características del liderazgo, del liderazgo femenino en particular y de la importancia del networking. Existe una extraña, y generalizada creencia, de que hacer networking es una actividad vinculada con el ámbito corporativo en primer lugar, y principalmente para los hombres. Yo misma lo pensé mucho tiempo: cuando me invitaban a reuniones de networking mi respuesta inmediata era: "Estoy muy ocupada, no tengo tiempo para eso". Con los años me he dado cuenta del gran error que cometí, porque me dediqué a "trabajar" (cosa que siempre he hecho con gran compromiso y dedicación), pero no le di la misma importancia a hacer visible lo que hacía (me parecía muy presuntuoso y egotista) y a tejer redes con una visión estratégica. Los hombres si lo hacen, y es algo que hay que aprenderles. 

Pero... ¡y aquí viene lo bueno! Nunca es tarde para reconsiderar las creencias y el camino y los últimos años he visto el Networking con una mirada diferente. Me parece hoy en día una actividad absolutamente necesaria y no sólo eso, me parece clave que las mujeres la incorporemos a nuestras actividades cotidianas. ¿Por qué? Porque hacerlo nos permite varias cosas: 

  1. Aprender a darle visibilidad a lo que hacemos, pensamos, a nuestro negocio, a nuestras iniciativas; 
  2. Conectar y conocer a otras personas de las que podemos aprender, con las que podemos hacer alianzas, a quienes podemos apoyar y con quienes podemos asociarnos en alguno de nuestros emprendimientos e iniciativas. 
  3. Construir redes de conocimiento (redes epistemológicas o epistémicas), redes temáticas, de intereses compartidos, de solidaridad, crecimiento, apoyo. 
  4. ¡Nos la podemos pasar increíblemente bien y divertirnos! No todo tiene que ser serio, acartonado y tieso. 
  5. Podemos mejorar considerablemente nuestra calidad de vida, generar ingresos y ampliar nuestros recursos (las redes son un increíble recurso que debemos aprender a potenciar). 

A esto debo sumar algo que es crucial para el desarrollo de las mujeres: el autoempoderamiento. Saberte capaz de agregar valor a la vida de otras personas, sentirte valiosa, reconocerte con "poder para" y darte cuenta de que puedes conectarte, hablar de ti y tus talentos, tu experiencia y reconocer lo mismo en otras mujeres te fortalece y autoempodera (ya he hablado de esto, nadie puede empoderarte, eso lo haces tú). Así que además de todos los beneficios que construir y ampliar las redes te permite, es un proceso que fortalece tu propio poder y te permite darte cuenta de cosas de las que eres capaz y que muchas veces ni siquiera te habías dado cuenta. 

Hoy, con los retos que plantea el confinamiento, internet es una aliada de las mujeres que pueden usar la tecnología, y les permite seguir ampliando sus contactos y fortalecer su networking. La cuarentena, vaya paradoja, puede ser una gran oportunidad para conectarte -desde tu propia casa- con otras mujeres y personas.  A mi me gusta mucho hacer  "Networking con corazón" o "Heartworking". ¿En qué consiste? En algo muy sencillo: en llevarlo a cabo desde el corazón. ¿Te suena extraño? Tal vez, porque no estamos acostumbradas a hablar de negocios y corazón, del ámbito profesional y el emocional juntos, pero hoy más que nunca, el mundo necesita que pongamos al mismo nivel la inteligencia intelectual de las personas con la inteligencia emocional y social. ¿Y sabes? SI hace una diferencia en la calidad de los lazos que estableces. 

Los  últimos meses he llevado a cabo talleres de Heartworking con mujeres de diferentes países y la experiencia ha sido increíblemente enriquecedora para todas las participantes. Me ha fascinado ver cómo se han dado cuenta de sus propios talentos y del potencial que el talento compartido representa. ¿Has intentado hacer networking en medio de lo que estamos viviendo? Si te interesa, aquí te dejo información para que puedas participar

Estoy segura de que tienes mucho que aportar a otras personas y que conectarte ampliará aún más tus fortalezas. Siempre digo: solas llegamos más rápido, juntas llegamos más lejos. 

Te dejo un abrazo y espero que estés encontrando en este confinamiento herramientas para seguir avanzando con tus proyectos. 

Claudia 

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