Hace dos semanas nos manifestamos por nuestros derechos sexuales y reproductivos al unirnos al aniversario de la votación en el senado de la iniciativa de ley en Argentina, el caso no es omiso, en Aguascalientes en un año han presentado dos veces (cinco veces en total desde el 2012) la iniciativa antiderechos -“proteger la vida desde la concepción”- está última sigue en el congreso. Hace unos días anunció su regreso el panista Gustavo Báez promotor de la misma en el 2018 y quien ha manifestado que Aguascalientes no tiene por qué obedecer lo que ha dicho la SCJN sobre la NOM046. Por otro lado la Diputada Karina – Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos- ha manifestado su interés de promover otra iniciativa en ese sentido.

Hace una semana nos manifestamos de rosa y con brillantina en la exedra –aunque terminamos en la entrada del Palacio Municipal por la tormenta que cayó y el Palacio Municipal se iluminó de verde - para sumarnos en apoyo a las manifestaciones en CdMx.
Varias personas decidieron comparar la manifestación de Aguascalientes con la de CdMx para decir que nosotras somos niñas buenas que sabemos comportarnos en una manifestación, otras personas dijeron que éramos muy tibias, otras aplaudieron lo emotiva de la manifestación.

Decirles que no se pueden comparar los movimientos que se hacen, el feminismo es diverso pero todo feminismo es válido. El movimiento en Aguascalientes es muy joven y lograr una convocatoria como la de aquel viernes es un triunfo, pero también decirles que en Aguascalientes nos urge ser vistas como un estado con sus propias problemáticas y necesidades en temas de violencia y no como un anexo a CdMx.

Lamentablemente los medios locales se concentraron en hablar del tema de la capital olvidando que Aguascalientes tiene sus problemas y no, no brilla por su ausencia.

A veces parece que nos siguen haciendo creer que en Aguascalientes el rosa de la brillantina es parte de la decoración de la fiesta en la que vivimos día a día, nuestra realidad es similar –o la misma- al resto de las mujeres de México, vivimos en un estado donde sobrevivimos día a día donde decimos “ya llegue” a las amigas después de una fiesta, dónde debemos preguntar con pena y miedo sobre los métodos anticonceptivos y como interrumpir un embarazo.

Somos el estado de la gente buena que tiene el Congreso de la Paridad de Género que lo último que hace es trabajar por la paridad –y lo digo aunque se enojen en el Congreso y luego me manden hablar-, con un Instituto de Salud que no aplica la NOM046 por qué no tiene médicos no objetores de conciencia, con procuradores de la justicia que dudan de los feminicidios, universidades sin protocolos para atender casos de acoso y violencia, donde nos dicen que aquí no pasa nada porque solo hay 5 casos de feminicidios.

Todas tenemos esa historia, miedo, cansancio y un hartazgo hacia la indiferencia, porque también Aguascalientes tiene sus números, somos de los 5 estados más peligrosos para ser mujer, con índices de violencia intrafamiliar y de pareja que han incrementado en los últimos años.

Pero Ciudad de México no es el centro de todo lo que se concentra en violencia, debemos voltear y ver como en otros estados la violencia está presente y se ha vuelto el día a día.

Y cómo los estados sobre todo los del interior –que son además más conservadores- sacamos la lucha, la protesta con todo y las adversidades, no, las problemáticas y formas en las que quieren resolver los temas de las mujeres como las violencias, la interrupción del embarazo y etc. no pueden ser las mismas que en CdMx, querer siquiera aplicar, copiar y adaptar es ignorar que como estado tenemos además de autonomía un contexto, historia y una causa feminista propia.
Sí somos las incomodas, donde todavía tenemos que luchar contra el mismo estereotipo de ser feminista en un estado muy conservador, donde cada lunes el obispo tiene su rueda de prensa que dicta agenda de opinión pública para iniciar la semana.

No, no somos tibias, somos una generación que está aprendiendo y luchando en cada manifestación, que se ha organizado y construye un espacio seguro, sororo y donde nos acompañamos, pero estamos convencidas que no sólo de amor vive el feminismo, tejemos redes y buscamos incidir –poco a poco- en la creación de política pública.

Aguascalientes necesita brillantina rosa, necesita kilos y kilos para dejar de ver un estado donde el lema de “la tierra de la gente buena” nos pesa mucho pero se nos olvida que aquí como en muchos estados de provincia también se matan, se violan, se acosan y se hostigan mujeres todos los días.

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