Mucho es mencionado que si no tienes fracasos, no tendrás éxitos. Pero lo que omitimos es como prepararnos ante la derrota, en donde la incertidumbre gana por los resultados presentes.

La frustración que a menudo vivimos es por no lograr lo que queríamos, lo que nos hace sentir lastimadas, rotas, en ruina porque lo que soñamos o planificamos no salió.

Atravesar estas batallas en dónde te achicas y la justicia no la sentiste a tu lado para poder defenderte, hace más complicado el manejo de nuestras emociones.

Entender lo que estamos atravesando y querer encontrar la respuesta del "¿porque a mí?", nos hace sumirnos en depresión, por lo que es necesario cambiar la pregunta por “¿que puedo aprender?”; suena sencillo, pero en medio de las emociones que cargamos, evadimos el buscar estas respuestas.

Si bien no podemos luchar contra el fracaso una vez que pasó, sí podemos amortiguar el golpe y hacer que la caída produzca menos ruido y dolor.

“Si la Opción A no está disponible, entonces pateémosle el trasero a la Opción B”.  Sheryl Sandberg, Directora de Operaciones de Facebook.

Recientemente fui presa de esas emociones, frustraciones que llegaron a mi por un cambio de forma repentina en mi ambiente laboral, en dónde al no obtener reconocimiento, fui ninguneada en mis habilidades que para colmo no tuve oportunidad alguna de demostrarlas pese a la insistencias de mis iniciativas y propuestas.

Estuve buscando lecciones aprendidas de esa circunstancia y me sentía incapacitada de encontrarlas en ese momento.

¿Cómo amortiguar el golpe?

Así que buscando un momento para poder entenderlas y además tratar de distraerme, siendo fan de George Lucas en su creación de Star Wars, con mis pijamas puestas, palomitas y una copa de vino que me acompaño para buscar el apapacho, me dispuse a ver El Imperio Cotraataca.

Y de momento me pasó como si un mensaje nuevo apareciera, pese a las innumerables veces que he visto estas películas. De forma parecida, como cuando vuelves al leer el mismo libro que leíste hace tiempo, encuentras un nuevo ángulo, algo que ahora entiendes o ves distinto para dejarte un sabor de boca distinto, incluso algo que no creíste pasar por alto y ahora es más claro.

Miraba como Yoda entrenaba a Luke Skywalker, mientras sus amigos estaban en problemas. Yoda preparaba a Luke para reconocer la ira, el miedo y la agresividad, como lado oscuro de la fuerza, pero estaba impaciente por hacer algo más que estar ahí, sentí afinidad con él, ¿no debería mejor ir a buscar a Darth Vader y proteger a sus amigos?, la perspectiva pasiva de Yoda me consumía y no me parecía justo no tomar acciones, vi a Yoda de otra manera, que hasta pensé que dejaba de admirarlo.

Pero, al respirar despacio para encontrar la calma, pasando una palomita por mi garganta, entendí que amortiguar los golpes de un fracaso, es también tener paciencia. Después de esto pude ver lo siguiente:

  • En la mente hay voces que funcionan como testigos evaluadores. ¡Apágalas! Pueden ser nuestros padres, colegas, amigos o pareja, en cada caso es diferente.

Si yo hubiese estado en Dagobah, seguramente esa voz la estaría escuchando Yoda y además sembrándole más impaciencia a Luke con mi apoyo, (vámonos de aquí Luke, este pequeño nos está haciendo perder el tiempo).

Es como cuando un barrito surge en tus días de luna azul y sientes que todo el mundo lo va a notar, aunque quizás el resto ni lo ve. Si podemos apagar un poco esos mensajes contraproducentes y entender que son producto de nuestra mente, el golpe será más suave.

  • Uno de los hábitos más comunes de la mente humana es la formulación inagotable de preguntas, y ante una situación de fracaso tendemos a ser absolutistas. Acribillándonos con preguntas y culpas de TODO o adjudicándolas  a otro.

Luke se mostraba inquieto y con angustia, no podía concentrarse en el presente y por tanto en su entrenamiento. (Tal como yo me encontraba, creo que no había entendido a Luke como aquella ocasión). Preguntarse a menudo resulta inútil. Tenemos que analizar en detalle cómo fueron los hechos. Ser críticas pero constructivas en el recuerdo ayuda a que el fracaso se atraviese mejor.

           

       Luke: – ¡No lo puedo creer!
       Yoda - Sí. Por eso fracasas.

  • Este intercambio entre Yoda y Luke es posiblemente uno de los más severos del entrenamiento en Dagobah. Yoda enseña al joven Skywalker la necesidad de la fe en ciertas situaciones de la vida y, en general, para recorrer el camino de la existencia. Fe con el sentido de confianza: si no estamos seguros de quiénes somos, qué hacemos y qué queremos, difícilmente arribaremos a buen puerto.

Porque si no sabes a dónde vas, nunca sabrás cuándo llegarás.
¿Quién lo sabe? Puedes encontrar que ya estás allí.

Los fracasos son ¿Límites? que nos pone la vida a la hora de hacernos “recalcular”, pero no quiere decir que todo esté perdido ni que ese estado vaya a durar para siempre. Hay que seguir buscando lo que sí hay y desarrollar la creencia de que “esto sirve de algo”, aunque todavía no sepas para qué. Pregúntate “¿qué parte del todo es este fracaso?” para poner en perspectiva su impacto en tu vida. No te quedes a vivir en el fracaso, porque te hace perder poder. El fracaso, así como el éxito son momentáneos.

Entendí que la paciencia puede parecer pasiva, pero no es así. La paciencia es activa. Es fuerza concentrada.

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