…en esta esquina machistas, en esta otra ¿feministas?...

 

Hace unos días me etiquetaron en una foto en Facebook en un articulo de un diario local que se llamaba “un voto de confianza a los buenos hombres, Cero feministas”, donde su autora aseveraba en unas líneas, que el feminismo, y me permito citar textualmente para no caer en interpretaciones, “se ha convertido de una corriente de pensamiento a una secta global que atenta contra los valores familiares, y atenta de tal manera que hecha por el suelo la crianza de los hijos, el matrimonio y la pareja; y esto es así porque las feministas son por regla unas criminales abortistas, odian el matrimonio por considerarlo oscurantismo y patriarcal y sobre todo, odian a todos los hombres por considerarlos cavernícolas machistas”…caray…era domingo por la mañana y muy temprano, así que respiré profundo y cambié la hoja y seguí leyendo otras notas. Después de unas horas, retomé el texto y solamente he llegado a dos conclusiones respecto a la muy respetable opinión de la persona que escribió este texto, las cuales, me tomaré de libertad de expresar en esta columna que usted, afortunadamente para mí, ha decidido leer.

 

La primera conclusión es que soy muy afortunada por vivir en estos tiempos que ahora vivo, en que es importantísimo que cuidemos y vigilemos de cerca nuestro derecho humano a la libertad de expresión. Que no hay nada más valioso e importante que la expresión de nuestras ideas, sean las que sean, porque incluso, en esas ideas que de inicio me puedan hacer un nudo en el estómago por la  impotencia del desconocimiento y la descalificación, incluso esas ideas me nutren, esas ideas tan diferentes y alejadas de mi realidad cotidiana, no hacen otra cosa que avalar mi trabajo diario, me dan un mayor impulso por querer seguir construyendo utopías y sobre todo porque me demuestra que por increíble que parezca, aún hay gente que no ha entendido de lo que trata el feminismo.

 

Ese es mi segunda conclusión,  ¿quién o qué le ha hecho tanto daño al feminismo que algunas personas tienen ese concepto tan absurdo y tan alejado de la realidad? Es increíble que cada que imparto Taller de género, al pedir que los ya las participantes me digan el nombre de alguna persona feminista que conozcan, las tres primeras respuestas que recibo sean: 1. Paquita la del Barrio, 2. Lupita D´alessio y 3. Jenni Rivera… ¡POR PIEDAD! Grandes mujeres como Olympia De Gouges y  Simone de Beauvoir deben de estarse revolcando en su tumba. No POR FAVOR no, las feministas no somos así, es más, las feministas somos muy diversas, somos tan diferentes que incluso entre nosotras mismas no hemos terminado de ponernos de acuerdo…pero en lo que sí estamos de acuerdo, es que nuestro sentido de ser feministas, es el alcanzar una igualdad sustancial entre hombres y mujeres, rompiendo con los estereotipos y los roles de género que nos han sido impuestos a través de los siglos de los siglos. Y es más, existimos unas feministas que pensamos que TAMBIÉN hombres pueden ser feministas… ¡anden ustedes con esa barbaridad!...pues sí, el feminismo también trabaja por romper esos estereotipos que han impedido el desarrollo en plenitud de los hombres.

 

Pero vámonos por partes…¿qué es el feminismo?  Por favor le pido, que si usted es fan de Arjona, olvide la letra esa que dice “nosotros con el machismo, ustedes al feminismo y al final todo termina en par”… no, el feminismo PARA NADA es lo contrario al machismo, el feminismo es algo mucho más profundo. Al feminismo lo han definido y redefinido varios autores y autoras y es maravilloso que se siga redefiniendo como una teoría que no es estática, si no que se va replanteando a las necesidades de la sociedad cambiante, pero en principio, el feminismo es una teoría convertido en movimiento social que trabaja  para que las mujeres tengamos el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres, es la teoría explicativa de la subordinación que hemos tenido las mujeres en la sociedad, mayoritariamente, construida desde la visión de la supremacía del hombre. El feminismo, dicen quienes saben,  desde los 60´s documentaban e investigaban sobre la situación de las mujeres y el rol asignado culturalmente, pero también, al llegar los setentas, se tienen los primeros indicios de los llamados “men´s stuidies” que era dejar a un lado el mito y la figura del hombre poderoso, y se dedicaron a analizar al hombre, en su vida cotidiana y verlos como esta formación también en los roles definidos culturalmente, les iban impidiendo un desarrollo pleno…así como a nosotras las mujeres.

 

Este tipo de feminismo (¿si ya les dije que hay varias corrientes de feminismos verdad? ¿ Y que todos son válidos?  ¿Y que no quiere decir que unos sean mejores que otros?) Bueno, este tipo de feminismo, el feminismo de igualdad le llaman, implica el reto de voltear a ver también la forma en que los hombres se relacionan con su entorno y las personas que lo conforman: mujeres y otros hombres. Este feminismo plantea cuatro arquetipos  como dominantes en la vida de los hombres de las sociedades patriarcales y señala que a un hombre “se le caen” los arquetipos, o sea, se le rompe el paradigma de masculinidad impuesta por la sociedad, es muy probable que experimente un sentimiento de fracaso, tristeza y hasta enojo, lo cual lo puede llevar a experimentar una ciris personal, la cual, al no encontrar una forma adecuada de manejarla, la única salida que encuentra, es la violencia. Por que si, acuérdense que en esta construcción patriarcal del rol del hombre, la violencia incluso, es símbolo de hombría.

 

Hace unos meses me invitaron a una mesa interinstitucional e interdisciplinaria sobre el análisis de la encuesta nacional de la juventud, donde se reflejaba el alto consumo del alcohol de los hombres jóvenes, así como el gran aumento en las muertes violentas. Y ahí estaba yo, tan Arely como soy, en medio de mucha gente muy seria llena de doctorados y maestrías y con un gran conocimiento del tema. Utilizaban palabras elegantísimas y así muy formales, cuando llegó mi turno de hablar, no sé, imprudente y honesta como soy, cuando me preguntaron que de qué consideraba que se estaban muriendo los hombres jóvenes, sólo atiné a decir que para mí, estos jóvenes de ahora, se están muriendo de un patriarcal “chinga tu madre”. Claro me vieron MUY feo cuando lo dije, así que con la pena de desentonar tal seriedad del foro, expliqué que para mí, esto del consumo del alcohol y de la violencia tiene que ver con un afán social de comprobar la hombría…y así, a nuestros jóvenes, hombres latinoamericanos, les podremos decir de todo, MENOS tocarles a la figura más sagrada: su mamá. Han sido educados bajo el concepto de que TODAS las mujeres somos putas y no valemos la pena, pero su mamá es inmaculada. Entonces, si en algún momento, se le insulta a esa figura intocable, el joven responderá con violencia…porque en algunos casos, si hubiese querido arreglar la diferencia en un diálogo calmado y pacífico, segurito le iban a contestar con un “¿eres puto o qué?” y como ya lo habíamos platicado en otra columna, el puto tiene que ver con esa minusvaloración de ser hombre, con reducirlo y compararlo con una mujer, arrebatándole la supremacía. Lo mismo se les ha enseñado con el alcohol, los “machos” beben, es más, los “machos” tienen comportamientos siempre de “muy hombres”, muy “machos” y en el único punto en que se les permite llorar es ahí, cuando están bebiendo…y qué decir de las demostraciones públicas de afecto? Bajo el efecto del alcohol se permite que los hombres se abracen unos a otros e incluso se den besos, sin que les falte el “te quiero mucho pinche compadre”…OJO, esto tiene que ser con alcohol, de otra manera, ya no, ya se pierde el estereotipo de la masculinidad y se duda de su hombría. Los hombres, según esta construcción sociocultural del género, tienen que ser fuertes, estoicos, nunca mostrar debilidad ya que están hechos para protegernos a las mujeres. Bueno, pues de cambiar estos y muchos otros estereotipos también nos ocupamos las feministas.

 

Como ven, las feministas no somos esos terribles seres que odiamos a los hombres, y habrá algunas feministas que si, pero no todas, tampoco somos “criminales abortistas”, las feministas trabajamos porque las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos y nuestros planes de vida, las feministas tampoco odiamos el matrimonio, conozco grandes e importantísimas feministas que tienen SIGLOS de casadas (bueno, exageré, tienen muchos años de casadas) y también conozco feministas, como yo, que hemos decidido por el momento no casarnos, ¿y saben qué? Exactamente esta es la gran fortuna del feminismo en todas sus corrientes: ELEGIR. Las feministas, decidimos sobre nuestras vidas, sobre nuestros futuros, sobre nuestra forma de vivir en las sociedades que elegimos construir. Me da mucha tristeza que para muchas personas, el feminismo represente ese lugar de terror y odio que por años les han hecho creer los modelos y sociedades patriarcales, pero me congratula decirle a la persona que escribió esa columna, que yo no sé qué feministas haya tenido el gusto de conocer, pero que no limite su conocimiento a sólo una parte del ejercicio práctico del feminismo. Que existimos muchas personas feministas que estaremos felices de poder mostrarle este otro lado de la teoría llevada a la práctica y si aún así, sigue pensando igual, respetaré su opinión, porque finalmente, de esto se trata todo…de tener el derecho a decidir. Sólo me gustaría dejar muy claro que no hay peor error que podemos cometer, que generalizar…bien dicen que quien generaliza, se equivoca. Viva la diversidad y viva la tolerancia.

 

 

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