Empezando por aclara que no soy psicóloga, ni pedagoga, ni especialista en educación, ni educadora. Pero si soy "cliente" del sistema educativo, primero como receptor directo y después como receptor indirecto que además compra el servicio. Segundo, estoy escribiendo desde la entraña, el coraje y la indignación.

Sirva de marco de referencia que, habitualmente soy una persona tradicional y solo que la situación lo amerite me salgo del cajón. Mi historia con el sistema educativo nacional comienza en el 2011 cuando saqué a JM de una "prestigiada" escuela al sur de la ciudad por una situación de acoso. Esto determinó que implementara el sistema de educación en casa. Estuvimos homschooleando (sic) dos años y nos fue maravillosamente. En 2013 me veo en la necesidad de inscribirlos nuevamente al sistema escolarizado. El fin de ese ciclo escolar estuvo bien, adquirieron el mínimo de conocimientos requeridos por la SEP, nada extraordinario. Si nos quedamos para este ciclo fue más por insistencia de los chicos que por ganas mías. En este ciclo pude ver que: JM esta instalado en su zona de confort y que aplica la ley del menor esfuerzo, con lo mínimo obtiene el mejor de los resultados. Ha dejado de esforzarse y superarse a sí mismo "por que la Miss no lo pide". JF esta desubicado, tiene el firme propósito de demostrar que quien tiene la última palabra en cuanto al aprendizaje es el estudiante y no el profesor. Le han quedado unas lagunas del tamaño del Océano Atlántico y aún así será promovido a 2o grado con la indicación de tomar clases de regularización con sus otros 4 compañeritos de grado. Así llegamos al fin del ciclo y a los exámenes finales.

Hoy mis hijos tuvieron examen de matemáticas. Estudiamos con ellos el fin de semana, me consta que JM trabajó, estudió, resolvió guías y sabía más de lo necesario. Se fue con la firme idea de sacar 10. Con JF son tantas las dudas y falta de claridad que me conformo con que haga su mejor esfuerzo.

2:30 pm, camino de regreso a casa se me ocurre preguntar como les había ido, HORROR! JM estaba triste, enojado y desconcertado. Los cuatros chicos del salón sacaron 8, el problema no fue ese sino que la profesora se enojó con ellos por no haber obtenido mejor puntaje y les dijo que no habían estudiado lo suficiente, que deberían haber estudiado hasta el agotamiento, que ella sabía más que los niños y que si de adultos se quedaban sin saber del tema, no era su culpa.

Me pregunto, si cuatro chiquitos se equivocan en el mismo punto "de quien culpa?", si los chicos no obtienen el resultado que el profesor espera, de quien culpa? Por qué arremeter contra los niños a partir de la frustración del adulto.

No se que planea la SEP pero si sé que es lo que yo quiero. Quiero que mis hijos sepan razonar, quiero que sean críticos, que sean analíticos, que sean lectores hambrientos, estudiantes perennes, buscadores incansables. Lo que no quiero: que sean respondedores de exámenes, repetidores de contenidos, que valoren sus capacidades y sus personas en función de una escala numérica aplicada a una evaluación situacional

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