Hoy platiqué con un loco.

Así le dicen todos, dicen que está muy mal de la cabeza, que actúa raro y que se quedó en su mundo. Pocas veces había platicado con él, intercambiábamos  hola, adiós, está lloviendo, va a llover, que calor, etc. Esas platicas que haces de entrada por salida para ser cortes.

Por alguna razón estaba esperando sentada,  tranquila, consciente de que quizá estaría ahí media hora, se acercó y me dijo “con todo respeto pienso que no te queda estar tan delgada porque pareces enferma. No soy el único que lo piensa, solo que los demás  no te lo van a decir, yo te lo digo porque me gusta decir las cosas que pienso de frente y con respeto”

Esa fue la introducción y continuó contándome que le gusta hacer ejercicio y que por lo menos 3 veces por semana se ejercita en su casa con algunos aparatos que tiene.  Dice que él “aguanta” a pesar de que no quedó bien después del accidente en el 2005.

Me contaba que a lo largo de su vida tuvo varios accidentes  de los cuales salvó la vida de milagro.

Entre otras cosas me contó cómo es adicto a varias drogas medicinales desde que tenía 8 años, porque se los robaba a su abuela, le gustaron y después las empezó a comprar.

Me dijo que un amigo le salvó la vida con psicotrópicos en USA y que los doctores “gabachos”  no se dieron cuenta que las estaba consumiendo dentro del hospital, incluso pensaron que era un milagro que viviera.

Dice que él sabía que el medicamento que le daban los médicos lo estaba matando  porque el latido de su corazón casi se perdía pero que su amigo, que lo conoce desde hace mucho, metió a escondidas las drogas y le salvó la vida,  dice que  con ellas, su corazón “latía bonito”  Veía la imagen de los latidos y lo podía oír.

Me decía que él funciona al revés del resto de las personas, que el café, la coca cola y las drogas le dan sueño pero que los hongos alucinógenos, ácidos y psicotrópicos lo hacen sentir muy bien.

Me contó que un conocido de él huye de las autoridades por matar a una persona y dice “no sé qué le harían para que el reaccionara así, a veces uno no se controla, hace las cosas aunque después se arrepienta”

Me dijo que las personas que actúan mal pagan consecuencias, que todo cae por su propio peso y que tarde o temprano las aguas se asientan.  Que él es así, que no le gusta que le digan mentiras, ni que le prometan nada, porque a él no le pide nada a nadie pero si le prometen le gusta que le cumplan y que le hablen con la verdad.

Dice que si alguien se pone a la orden con él, le gusta que sea sincero, porque él cuándo se pone a la orden, lo hace de verdad.

Me habló de gente enferma que miente, habla mal de las personas y promete constantemente, dice que él no tolera ese tipo de personas, porque a él le gusta decir las cosas de frente, como son y con respeto. Aunque sabe que esa actitud es una enfermedad.

Dice que él está loco pero no está pendejo y se da cuenta cómo son las personas.

Dice que si él dice algo lo sostiene hasta el final, que no le gusta que digan que dijo cosas que no dijo,  “si me preguntan si dije algo, yo les digo, tráeme a quien te dijo eso y aquí en frente de él te digo si dije o no dije pero tráemelo y lo arreglamos, y nunca me han traído a nadie”

Dice que a la mayoría de la gente no le gusta que las personas hablen de frente diciendo la realidad de las cosas.

Dice que él no le falta el respeto a nadie, no importa como ande.

Dice que él es bueno por las buenas, pero que por las malas es el más malo de todos.  Que le gusta arreglar las cosas pero que cuando se quieren pasar de vivos “o les pegó yo, o me pegan ellos”.

Dice que tiene la conciencia tranquila porque nunca le ha hecho daño a nadie que no se lo merezca.

Me dice que le gustan los tés y que revuelve de todas las yerbas. De la Marihuana dijo que sólo le gusta el olor que despide cuando la jala pero que siempre se arrepiente de fumarla porque no le cae bien, le da “para abajo”.

No sé qué cara tenía yo al escuchar todo ese monologo que finalmente dijo “no tengas miedo, yo no hago daño, tenle miedo a aquellos que se acercan amables,  que según no hacen nada malo, esos que sonríen y que según son buenos con todos, a esos hay que tenerles miedo, ellos son los malos. Aunque también hay gente buena que comporta así y realmente es amable, hay que saberla detectar”

Ese es el mundo de un loco, que yo sólo saludaba por ser cortés.

Todos tenemos algo bueno que aportar.

Dora Flores

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