No recuerdo como fue exactamente el primer encuentro con mi compañero de trabajo Oscar Same, un migrante cubano que reside ahora en Hermosillo, Sonora, México; al norte de este maravilloso país. Como es de esperarse en las primeras platicas que tuvimos mi esposo y yo con él fue averiguando como habia llegado a esta ciudad y todas las peripecias que sufren los migrantes de paises del sur al querer ingresar hacia el nuestro. Él siempre muy agradable, con el tono característico cubano que parecen las palabras entre cortadas o como que no terminan, siempre con muy buen animo y sobretodo agradecido ya que nuestras platicas son en el camino de la Universidad a nuestras casas pues compartimos el vehículo. Hemos platicado de como se vive en Cuba, no en el aspecto turístico sino en el aspecto residente de ese país; como todos sabemos, su sistema (como todos los sistemas) tiene sus pros y contras. 

En alguno de esos trayectos compartidos Samé me platicaba de como iban los trámites de la compra de su casa propia en esfuerzo conjunto con su esposa, hija y suegra. Después de inumerables trámites burocráticos le confirman que si es posible realizar la transacción de adquisición de la casa, por supuesto las felicitaciones no se dejaron esperar y ellos estaban listos para mudarse y estrenar su casa nueva. Cual fue la sorpresa que después de decir que si y ellos teniendo todo empacado les confirman por parte de la inmobiliaria que siempre no es posible, como es de esperarse mi compañero Oscar junto con su familia estaban un tanto decepcionados y tristes por esta nueva noticia... Samé le dije - vendrán cosas mejores, no te preocupes.-

Afortunadamente no era definitiva la resolución pero habría que esperar un poco más para concluir el trámite. La dueña de la casa muy amable les permitió mudarse a cambio de un módico pago de renta mientras se resolvía la situación... De los males el menos Samé, recuerdo que le dije.

En otra ocasión le pregunté... ¿Samé y como va lo de tu casa? y muy emocionado me dice, -ya se hizo chica- pero verás lo que me pasó... -cuéntame, le dije- 

- Me citaron en la oficina de la inmobiliaria para decirme los gastos que se tenían que cubrir y la suma de todo esto eran $40,000.- (cuarenta mil pesos)... Muchísimo dinero para mi chica así que vi hacia el cielo y dije...- Mira Dios en que problema te has metido, tienes que pagar $40,000 pesos, yo quisiera ayudarte pero no tengo como. Ojalá que lo resuelvas pronto.... Ahí te la echas compadre !!!!! (dicho muy sonorense) y esperé unos días. Así que me hablaron a la siguiente semana para decirme que ya había bajado a $19,000.- (diecinueve mil pesos)... -Dios, le dije, ya te bajaron la suma pero aún así no puedo ayudarte, tu sabes lo que quisiera ayudarte pero no tengo para darte esa suma.

-Y chica, me dijo... verás que a la siguiente semana me hablaron para decirme que habían quedado los gastos totales en $11,000.- (once mil pesos)... Vi al cielo nuevamente y le dije a Dios... ¡Mira que bribón eres! lo bajaste lo bajaste hasta que yo pudiera pagarlo por ti ¿verdad?... Esta bien, esta vez lo pagaré por ti pero que quede claro que no siempre puedo !!!!!

Desde ese día de manera consiente pongo en manos de Dios cada una de mis situaciones.

Gracias Samé por tu enseñanza y por tu forma de ver la vida !!!!!

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