EMBARAZOS EN ADOLESCENTES VICTIMAS DE VIOLACIÓN

EMBARAZOS EN ADOLESCENTES

Colaboración para el programa A Detalle en Global Media

15 DE DICIEMBRE DEL 2015

 

Hablar de embarazos en adolescentes nos remite a pensar en chicas y chicos que están transitando a una etapa de la vida adulta sin poca responsabilidad en el cuidado de su salud reproductiva, no es siempre de este modo, a pesar de que cuentan con información suficiente para conocer cómo prevenir un embarazo, no lo aplican y somos de los estados del país con mayor índice de embarazos en niñas y adolescentes.

 

Nos encontramos con otra situación y que tiene que ver con los casos de embarazos en niñas y adolescentes víctimas del delito de violación. Las agresiones sexuales en contra de las pequeñas han tenido un incremento, y van muy relacionado este aspecto con la situación de vida de las niñas, que viven en un contexto de situación de pobreza y marginación y que a una edad muy temprana tienen que colaborar con su hogar para acompañar los gastos de las madres que generalmente son madres solteras o han sido abandonadas por su pareja. [1]

 

El dato que nos arroja la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición es de una tasa muy alta de embarazos en adolescentes, mayor que otras entidades del país. “ En lo referente al embarazo de adolescentes en San Luis Potosí, los resultados muestran que 55.8% de las mujeres de 12 a 19 años con inicio de vida sexual alguna vez han estado embarazadas”[2]  

 

Pero no tenemos datos de las niñas que han sufrido una agresión sexual y derivado de ella están embarazadas. Se trata de un hecho que trasgrede el cuidado que debe tener el Estado para niños, niñas y adolescentes, pues no se ha reforzado la atención adecuada para evitarlo.

 

 

Una niña embarazada es una situación de mucho riesgo para su salud tanto física como emocionalmente, aún no ha completado su proceso de crecimiento físico,  y está en el proceso de construir sus referentes emocionales. Las agresiones sexuales de que son víctimas se dan casi siempre por hombres que están en su entorno familiar, y que mediante la amenaza las obligan a guardar silencio, las torturan con intimidaciones, con actos de violencia sexual, que lastima su integridad física y por supuesto psicológica.

 

Una niña que tiene esta situación se le rompen sus sueños y su posibilidad de construir una vida mejor de la que tiene.

 

Las adolescentes y niñas con embarazos abandonan sus estudios para poder colaborar con los gastos que implica un recién nacido,  debe trabajar para cubrir las necesidades de su recién nacido bebé. Lo cual trae como consecuencia que el trabajo que pueda ocupar dada su carencia de un nivel de escolaridad superior a la secundaria, sólo la orilla a trabajar como comerciante, asistente doméstica, o en la zona industrial. Trabajos que generalmente no le ofrecen las prestaciones de ley, como atención médica, horarios adecuados para que pueda hacerse cargo de su maternidad.

 

Pero cuando hablamos de cifras nos olvidamos que una niña aún está crecimiento, que está aprendiendo a valerse por sí misma, que requiere de mucha información sobre su sexualidad, sin tabúes. Las niñas llegan a su primera relación sexual antes de los 15 años y no cuentan con la información suficiente sobre los métodos de anticoncepción, de prevención de enfermedades de transmisión sexual y con el total desconocimiento de las consecuencias para su vida futura.

 

Según el INEGI en San Luis potosí, en el 2010, 7 de cada 10 mujeres de más de 15 años ya contaba con su primer hijo, datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica advierte que el uso de los métodos anticonceptivos están estrechamente vinculados a la escolaridad, entre más aumenta su nivel académico una mujer menos posibilidades tiene de embarazarse. Los adolescentes que tuvieron relaciones sexuales en su primera vez, el 50 por ciento no utilizaron anticonceptivos.

 

Además de enfrentarse a todo esto, está la violencia familiar visto ya como un problema de salud pública, de derechos humanos, de justicia social.  La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las relaciones en los Hogares, advierte que las mujeres que están en una relación (casadas o en unión libre) que tienen entre 15 y 19 años, manifestaron haber padecido algún tipo de violencia.

 

La violencia que más se ejerce contra de ellas es la emocional en un 37 porciento: y que van desde humillaciones, amenazas, insultos y otras ofensas; en un 25.8 porciento esta la violencia económica, luego en un 19.4 la violencia física, que son empujones, jalones, golpes, agresiones con armas. Y esta la violencia sexual en un 7 porciento.

 

Un embarazo a consecuencia de una agresión sexual orilla a una pequeña a crecer de golpe, a hacerse cargo de una nueva persona sin que ella lo haya pedido. Por lo que la aplicación de la justicia para estos casos debe ser contundente y rápida, ofreciendo a las menores la atención médica necesaria para evitar el embarazo, sin importar el momento en el que se pone la denuncia.

 

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