Hace un par de días un querido amigo que no veía hace un año me platicó del abrazo en el tango. Empezó a tomar clases hace ya más de 10 meses y ahora ama bailarlo. Me describió cómo se conectaban los corazones, se escuchaban las respiraciones y sobre todo se rendía la mujer frente al hombre para bailar. Me pareció maravilloso y recibí un abrazo que me abrió el corazón y me preparó para el abrazo de tango que recibí hoy.

Entré al café y lo vi ya ordenando algo, tres personas adelante de mí se interpusieron ese primer instante. Volteó, sonrió y caminó hacia mi para darme un abrazo que hasta ese momento entendí era un abrazo de tango. Me dejé acoplar a sus brazos en los que parecía caber perfectamente y su rostro quedó recargado en mi cuello como si al respirarme volviera a vivir, el abrazo se volvió casi interminable, dejé entrar el calor que recorría mi cuerpo sólo lo suficiente para poder sentirlo de vuelta. Han pasado ya varios años desde nuestro último café y en una plática en la que tratábamos de ponernos al día... nos quedo claro siempre hemos sido un amor a destiempo. Cada uno de nosotros decidió en momentos distintos podíamos intentar algo juntos pero de manera permanente el otro estaba involucrado con alguien más en cada encuentro... así que vivimos a destiempo.

Platicamos de nuestras vidas, sueños y lastres y él de su próxima Boda... esta sumamente enamorado y me queda claro ella lo hace ser más pleno cuando están juntos.

Sin embargo hoy era la última despedida antes de que dijera sus votos y en esta vida el capítulo quedara cerrado.

Me pidió averiguar cómo es que nos conocimos... se refería a otras vidas, de saber porqué había esta conexión. Tiene la cualidad de hacerme sentir la persona más importante del mundo cuando esta conmigo, nada más existe y sus ojos cambian y recuperan su chispa.

Me decidió acompañar al coche y le pedí un abrazo más para despedirme. El abrazo de tango se dejó sentir... ese abrazo en donde comienzas a sentir el latido del corazón del otro en donde las respiraciones se sincronizan y complementan, ese momento en que dos cuerpos embonan perfecto entre los brazos y se balancean como en un arrullo, en donde las almas se tocan por un instante y sólo sientes amor. Pensé que podía sólo sentirlo y dejarlo fluir. El peligro del abrazo de tango descubrí que cuando hay química te lleva irremediablemente a los labios del otro. La resistencia inicial me invadió y pensé no contestar pero cómo no decir adiós a un amor no vivido, a un si hubiera, a un tal vez. Cómo no agradecer la posibilidad ... el amor platónico... lo etéreo. Nos recorrimos con besos la cara y dimos gracias por la oportunidad, fue tan sólo una despedida a un amor a destiempo y decidimos que si no es en ésta, tal vez en la próxima vida.

Todavía siento sus manos en mi cara y veo el brillo de su ojo tras el fleco que colgaba y reflejaba algunas canas. Me invade una sonrisa y sólo puedo dar la gracias por la oportunidad de ese momento.

... Si hubiera no existe... Sólo ahora el recuerdo y la resolución ya asumida.

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