Diferencia salarial en tiempos de campañas.

poco antes de que comenzaran las campañas electorales, antes incluso de que se llevara a cabo el registro de candidatos y candidatas a la diputación federal del Distrito VIII de Chiapas, la ahora candidata de un partido de izquierda me llamó para platicar. Quería ofrecerme llevar su área de comunicación social.
Acudí a dos entrevistas en las cuales hablamos de lo que necesitaba ella para posicionarse en medios de comunicación y generar impacto en el electorado, me habló de su carrera como defensora social y de todo lo que la ha llevado a ahora ser una candidata.
Me consta, la gente la quiere porque ha trabajado sin dar a conocer lo que hace, ha ayudado gente y ha permitido que muchas familias salgan adelante impartiendo cursos de autoempleo, con la organización en la que labora, ha abogado por la autonomía alimentaria de muchos pueblos de todo el estado.
Además es la madre de una de las mujeres más importantes en mi vida y en la vida de mi hija.
Sin embargo, en ambas reuniones me pude dar cuenta de que la batuta de su candidatura no la llevaba ella. Esa mujer tan inteligente y perspicaz tenía a su lado a un hombre que se encargaba de ver absolutamente todo lo referente a su, en ese momento, posible participación como candidata de izquierda.
Así pues, en la segunda reunión hablamos de cuánto me ofrecerían, el hombre me planteó sus expectativas: pensaba en tenerme varias horas al día en la oficina y que yo tuviese disponibilidad de viajar a todos los eventos para tomar fotografías y redactar comunicados, prácticamente me estaba ofreciendo un empleo de tiempo completo y, obviamente, esperaba un sueldo de tiempo completo.
Sin embargo, me ofrecieron 3 mil pesos por mes. Tan solo 3 mil pesos por pasar todo el día en la oficina y redactar boletines, por viajar, por dejar a mi hija a un lado por dos meses me ofrecían, en total, seis mil pesos. Estoy consciente de que no soy comunicóloga, pero me buscaron porque conocen mi trabajo y saben que lo hago bien.
Pero no era solo eso, él también esperaba que comenzara a formar parte de la comunicación social de la organización en la que laboran. La promesa era quedarme con el puesto en la organización de forma indefinida.
Pero tenía que dejar mi trabajo. Huelga decir que no volví.
Hace pocos días platiqué con un conocido al que le presté mi cámara porque él tenía que viajar a cubrir unos eventos. Cuando me devolvió la cámara me dijo que estaba trabajando en la comunicación social de esa campaña de izquierda.
Por curiosidad le pregunté cuánto le habían ofrecido por esa campaña y la respuesta me dejó boquiabierta: ¡14 MIL PESOS!
Eso es más del doble de lo que me ofrecieron a mí.
Me entristeció. Pensar que una campaña que debería estar encabezada por una mujer que sabe lo que es ser madre soltera, esté en manos de un hombre que no considera que hombres y mujeres pueden trabajar el igualdad de circunstancias y de salario, es algo deprimente.

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Comentario de Martha Elisa Rosales Godínez el mayo 25, 2015 a las 11:13pm

Muy bueno tu post y muy cierto, yo soy madre soltera y mi hija sin deberlo fue discriminada en un colegio porque su madre era soltera y sin un hombre que la respaldara... ahora me río porque no he necesitado de nada de esas tonterías para obtener lo que quiero y mi hija es un ser independiente y pensante.  Es lamentable que en pleno siglo XXI estemos viviendo este tipo de retrasos en nuestros estados... y seguimos siendo discriminadas por el simple hecho de ser mujer.. Tu sigue adelante que es a tí misma a quien tienes que demostrar quien eres y hacer de tu pequeña una mujer de mucho beneficio, independiente y libre... ya llegará tu momento en esta vida, ¡¡sólo abre bien los ojos y caerás donde debes de estar!!

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